🏀La gran bestia Pop
Gregg Popovich fue una masterclass a libre demanda sobre la gestión de equipos que acompañó nuestra experiencia con Manu Ginóbili en San Antonio Spurs. Por qué fue y será el único jefe.
-”Hemos competido…”
-"El equipo compite…”
Confieso que me da una erupción en la piel cuando escucho esta clase de argumentos sobre un equipo, justamente, cuando ya no puede competir más porque acaba de quedar eliminado de algo.
¿Qué sería competir? No voy a caer en la trampa de la definición de diccionario. Lo que si me importa es consignar que en el deporte profesional, con atletas singulares que están bajo contrato, predios de excelencia, dedicación absoluta, lo más avanzado de las ciencias deportivas al alcance de la mano, el talento individual y colectivo identificado por diferentes oficinas, la potencia arrolladora de clubes conocidos globalmente, competir es algo que se descuenta.
No es una condición agregada. Está dentro de los minerales que trae el agua del alto rendimiento. Ya viene dado desde que el primer entrenamiento de la semana comienza. Gregg Popovich se va de la banca de los Spurs. Competir era la obviedad cotidiana desde que arrancaba su auto cada mañana.
Motivados por su emotivo adiós, revisaremos una exposición suya hecha hace casi diez años para entrenadores de básquet FIBA, en la que habló de la filosofía de San Antonio Spurs. Ese día, entre otras cosas, dijo:
Todo el mundo sabe más o menos las 'o' y las 'x'. Si no sabes dibujar una jugada o qué hacer en situaciones de final de partido, probablemente no deberías estar entrenando. No hay magia ni jugadas secretas que no sean rápidamente copiadas por los demás”.
En buen romance: todos parten con un instrumental similar. Entonces queda la pregunta sobre cuáles son los elementos que construyen el método y la filosofía que definen la densidad conceptual de un entrenador.
Ahí es donde la gran bestia Pop muestra que para ponerse al frente y darlo todo, primero hay que tener algo adentro.
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Filosofía Pop: equipos con carácter, sinceridad brutal y cómo encontrar belleza en el rigor de la repetición
Ahora que Gregg Popovich se aleja de la conducción de San Antonio Spurs, esta era digital nos permite diseñar una nube de ideas para profundizar en su método. Popovich estuvo en el centro de la construcción de una organización de la NBA, que en su momento fue la franquicia más ganadora de todo el deporte norteamericano: tuvo un 71.3 por ciento de partidos ganados y 5 títulos de la NBA entre 1999 y 2014. Su tiempo con los Spurs abarcó casi 30 años.
Manu Ginóbili representó el acceso a otra dimensión de la NBA desde una perspectiva argentina y latina. Ya no como un aspirante a sumar minutos, sino como un agente directo, relevante y decisivo. En ese viaje al comando de los Spurs estuvo Gregg Popovich, fuente de todo conocimiento, majestuoso en la transmisión de sabiduría con respecto a la conducción de equipos, generación de una cultura y el famoso “manejo de egos”.
A los fanáticos argentinos, sus periodistas, sus coaches ontológicos, sus conductores de radio y TV generalistas, sus psicólogos deportivos, sus marketers y aledaños, les obsesiona hablar de “gestión de los egos”. Popovich lo que hizo fue disolverlos. Siguiente tema.
Revisamos la cultura de trabajo de Popovich a partir de un video publicado en 2016 por FIBA. Se trata de una exposición de poco más de media hora del coach de los Spurs para la Asociación Mundial de Entrenadores de Básquetbol. De allí, algunos conceptos e ideas principales.
La fibra de un equipo
En la cultura de trabajo de Gregg Popovich, el punto de partida no es el sistema de juego ni el talento individual, sino algo más estructural: la fibra del equipo. Esa fibra está hecha del carácter de las personas que lo integran. La evaluación de ese componente humano, más que cualquier aspecto técnico, es lo que orienta cada decisión de incorporación.
El objetivo no es sumar a quien simplemente pueda lanzar, defender o rebotear, sino a quien haya superado el impulso del ego y entienda que “no se trata de vos, se trata de esta persona, de aquella otra y de lo que construimos como grupo”.
Popovich le cuenta a los entrenadores que los procesos de scouting de los Spurs ibán más alla de lo evidente. Lo esencial que se observa en los detalles que no aparecen en las estadísticas: cómo se comporta un jugador durante los tiempos muertos, cómo responde ante una derrota, si se esconde o se vuelve arrogante cuando gana…
También importa cómo el jugador compite en las prácticas, qué vínculo establece con sus entrenadores y qué respeto demuestra hacia el juego, los compañeros y el cuerpo técnico. Todo eso, insiste Popovich, revela mucho más que cualquier dato de rendimiento. Allí es donde empieza a mostrarse el verdadero carácter, el núcleo que sostiene al equipo por encima del resultado.
Liderazgo por contagio y el poder del ejemplo
Cuando logran acumular suficiente carácter en el equipo, es más sencillo manejar a alguien que pueda estar descarriado de los objetivos del grupo. Esto se debe a que esa persona sigue el ejemplo de los demás. La presencia de jugadores con carácter arraigado, como Tim Duncan, Manu Ginóbili o Tony Parker, que compartieron casi la totalidad de ese proceso exitoso, crea un entorno donde los nuevos se adaptan.
La continuidad del método se facilita con propietarios o directivos que entienden que buscar el éxito lleva tiempo y eso es clave para construir una cultura. Pop es más que directo:
“Se vuelve muy difícil para alguien ser demasiado imbécil cuando está rodeado de un grupo de buena gente: simplemente se mimetizan”
Los buenos ejemplos aparecen con solo levantar la vista en un entrenamiento y sirven para integrar a esa persona que quizás tenga un talento particular útil para el equipo. El liderazgo silencioso y la reconocida influencia no verbal de Duncan son la clásica muestra sobre cómo las acciones simples ofician de ejemplo para el resto. Popovich advierte que hay que tomar decisiones firmes para definir el tipo de equipo que se quiere tener.
Disfrutar el viaje durante la larga temporada
Otro aspecto primordial que destaca es querer disfrutar del proceso. Las temporadas son largas y están llenas de situaciones diversas. Siendo adultos, nadie quiere pasar el día "con imbéciles" u "odiar ir a entrenar" por tener que soportar a alguien. Para Popovich eso es algo que simplemente nadie quiere hacer y él no quiere que suceda. Comenta que a menudo observa equipos repletos de talento donde los jugadores están enfadados por la falta de minutos o porque el entrenador no los utiliza como creen que deberían.
Popovich se lo planta directo a los entrenadores: si todo eso sucede, es tu culpa por haber juntado a ese grupo. La solución pasa por deshacerte de ellos y empezar desde la base con el carácter. Agrega que se necesita un cierto nivel de habilidad porque tener a las diez peores personas pero con gran carácter te hará perder igualmente. El carácter se construye sobre una base de talento.
Influencia global y pasión por los fundamentos del juego
Las formaciones de Popovich con los Spurs contaron con una notable cantidad de jugadores extranjeros, más de la mitad en algún momento de su recorrido. Pop dice que ha encontrado en ellos un mayor énfasis en las habilidades, el movimiento del balón, el movimiento de las personas y el juego desinteresado en el lucimiento personal.
Esto contrasta con la tendencia hacia el juego individualista.. Si bien reconoce que el básquet estadounidense ha recuperado parte de su enfoque en los fundamentos y el juego en equipo, los jugadores “internacionales” a menudo llegaban más preparados para tener movimiento de balón, movimiento de gente, jugando de forma desinteresada. (Recordemos que el video es de 2016).
Popovich confiesa en esta intervención su gran odio por el tiro de tres puntos, a los que compara con una "lotería" y “la parte fea del juego". A pesar de su aversión, reconoce su necesidad y utilidad, especialmente cuando su equipo fue el mejor de la liga en esa estadística.
En el próximo gráfico podemos ver una comparativa entre los intentos de tiros de 3 puntos de los Spurs y el promedio de toda la NBA. En casi 25 años la tendencia creciente para anotar triples se transformó en el gran dato de la liga. La construcción de juego colectivo y el famoso “pase extra” fue una marca propia de los Spurs, que disfrutamos y adjudicamos como reflejo del estilo de la Generación Dorada.
La banca como motor de la motivación
Para mantener al equipo motivado a lo largo de una temporada extensa, especialmente en partidos frente a rivales inferiores, Popovich pone el foco en la rotación y el desarrollo de los jugadores que quedan en la banca. Dice que les da minutos a sus suplentes con regularidad, algo que muchos entrenadores evitan por temor a perder. Considera fundamental desarrollar a esos jugadores que suelen estar muy motivados, sobre todo en noches donde tienen la posibilidad de jugar más, como cuando se le da descanso a un titular.
La banca cumple un rol clave en la motivación en este tipo de partidos. Dice que muchas veces ahí se descubre a un jugador que merece más protagonismo o se confirma que alguien está listo para asumir más minutos. La otra fuente de motivación es el carácter de los propios jugadores. Quienes lo tienen entienden que cada partido cuenta, no importa la instancia, ni el rival.
Sinceridad brutal y rendición de cuentas
Popovich les dice a los entrenadores que la rendición de cuentas es fundamental para la cohesión del equipo. La herramienta más eficaz para Popovich es la "sinceridad total y brutal, entre los ojos". Cuenta que nunca intenta engañar a un jugador o manipularlos , ni decirles algo que tendrá que cambiar después. Si veía a Tim Duncan en un tiempo muerto sin hacer lo que debía, le preguntaba directamente si iba a rebotear o simplemente a pasear.
Duncan, a pesar de ser un veterano y una estrella, escuchaba y a veces incluso agradecía esa "motivación", dicho con un toque de humobr. La clave es no tener un sistema diferente para las estrellas como Duncan, Parker o Ginóbili y otro para los jugadores menos conocidos. Muchos entrenadores temen esto, queriendo caerle bien a los mejores jugadores: “Eso no les funcionará y con el tiempo les morderá el trasero…”.
Las mismas normas deben aplicarse a todos, siempre. Se puede tratar a las personas de manera diferente porque cada una es única, pero todas deben marchar al mismo son, con los mismos estándares. Si se habla de defensa de transición, Ginóbili tiene que retroceder igual que todos los demás y asegurarse de que todos estén organizados.
El entrenador necesita fortaleza para implementar esta conducta. Cuánto más carácter tenga el jugador, más fácil es para el entrenador mostrar esa fortaleza; pero si el jugador carece de carácter o el entrenador es débil en su sinceridad, con el tiempo tendrán un problema. Cuando los demás jugadores ven que el entrenador exige lo mismo a las estrellas, lo ven como algo justo y ahí es cuando "quieren jugar para vos". Popovich dice que así se crea un ciclo positivo que se configura geométricamente y lleva a una situación realmente buena-.
Colaboración genuina con la oficina principal
La evaluación de talento y la toma de decisiones del plantel se manejan mediante un "acuerdo de participación". Pop dice que la primera amenaza para un equipo es la tensión que pueda existir entre los propietarios, los entrenadores y los directivos, donde cada uno protege su territorio, se culpan mutuamente por las selecciones del draft o exigen ver jugar a "su" jugador. Esto crea una dinámica de "marcar territorio como un perro", levantando muros y llevando a la disolución del equipo, donde el entrenador suele ser el primero en ser despedido.
En los Spurs, directivos como el gerente general R.C. Buford y Popovich, trabajaron juntos durante décadas y construyeron una relación de amistad, por lo que hicieron “todo en grupo”. Los directivos se encargan de gran parte del trabajo de evaluación, viajando y viendo jugadores.
Cuando llega la época del draft, el entrenador se suma al proceso, los directivos “te hacen más inteligente" mostrando vídeos y datos. Luego discuten y disputan las decisiones. En estas reuniones, con hasta veinte personas incluyendo a todos los asistentes, Popovich acepta ideas "de donde sea que vengan", fomentando un ambiente donde todos se sienten cómodos "diciéndole a los demás que estaban locos".
Los entrenamientos también están abiertos a que los directivos escuchen las discusiones del cuerpo técnico sobre los jugadores y las tácticas. Este enfoque colaborativo asegura que, ya sea que ganen un campeonato o pierdan en primera ronda, todos puedan decir que"hicimos todo esto juntos". (Con respecto a este párrafo, pueden volver a revisar esta entrega sobre cómo se toman decisiones en la NBA y otras organizaciones deportivas).
Cara a cara con el dolor tras la derrota
La recuperación tras una derrota devastadora, como perder un campeonato en el último partido (2013) después de tenerlo al alcance, representa uno de los mayores desafíos. Popovich reconoció que el golpe fue profundo y duró más de un par de días. Aunque el carácter del grupo ayudó, la clave fue la sinceridad frontal. Al inicio del siguiente campo de entrenamiento, los jugadores tuvieron que ver cada minuto de los partidos decisivos. “Fue duro, pero necesario”. El objetivo era impedir la autocompasión y evitar excusas vinculadas a la mala suerte.
Popovich quería que volvieran a sentir el dolor, que asumieran que la victoria estuvo al alcance y que hubo acciones concretas que no se hicieron. El mensaje fue directo: lo echamos a perder. No se trataba de culpar al entrenador ni a un jugador puntual, sino de analizar cada fotograma para entender qué pudo haberse hecho mejor.
Después de enfrentar esa derrota, Popovich planteó la temporada siguiente como una medida individual: quién es cada uno como ser humano, qué carácter, qué coraje y qué fortaleza se tiene para volver. Ganar el campeonato al año siguiente validó ese enfoque. Fue la victoria más significativa de las cinco, precisamente por haber surgido de esa caída.
Tiempos muertos: un momento para los jugadores, no para el coach
Popovich ha diseñado el manejo de los tiempos muertos para generar interacción y liderazgo entre los jugadores. A menudo, mientras los jugadores se sientan, él y los entrenadores se reúnen primero aparte, a veces simulando discutir estrategias complejas. Esto les permitía que los jugadores, como Duncan Parker y Ginóbili tener su tiempo y hablar entre ellos.
Frecuentemente, los jugadores veteranos toman la iniciativa, sentándose con el resto del equipo para discutir. Cuando Popovich se acerca al grupo, simplemente preguntaba "¿Estamos bien?" o "¿Tienen algo que decir?". Prefiere que los jugadores identifiquen los problemas y las soluciones, en lugar de darles seis instrucciones diferentes que probablemente no escucharán.
Su enfoque en los tiempos muertos es preguntar: "¿Qué quieren hacer en el pick and roll?". Si no lo están ejecutando correctamente, les señala las fallas específicas y los desafía: "Decime vos qué carajo querés hacer". Este método no busca que mejoren radicalmente en ese momento, sino que fomenta la conversación y el liderazgo de su parte, permitiendo que los jugadores se sientan cómodos hablando entre sí y tomando la responsabilidad del momento.
La verdadera meta es el proceso
Gregg Popovich finalmente dice que nunca se trazaron metas como ganar la conferencia o alcanzar el título. No lo hicieron ni siquiera cuando lo lograron. En San Antonio nunca se sintieron el mejor equipo del año. La prioridad fue siempre otra: llegar lo mejor preparados posible a los playoffs y conservar la salud del plantel. Esa es la razón detrás de decisiones impopulares, como darle descanso a jugadores clave o resignar victorias en temporada regular. Ganar no es el objetivo, es una consecuencia. El verdadero foco está en el proceso.
La satisfacción no está en el trofeo, está en el camino. Lo que genera orgullo es lo que se construyó como grupo.. Los ex jugadores que vuelven al gimnasio no recuerdan las estadísticas ni los títulos, sino lo que vivieron juntos. Lo que quedó fue la camaradería, no los anillos.
Ese camino no empieza en la pizarra ni en las jugadas complejas. Empieza en los fundamentos. Cada año, el primer ejercicio del campo de entrenamiento es un salto con parada alrededor de una silla. Los jugadores, profesionales de elite, arrancan con lo más básico. No hay esquemas secretos ni innovaciones tácticas. Primero lo esencial. Lo nuevo se agrega después.
Popovich advierte que no hay atajos. Que los bloques de construcción del juego deben colocarse uno por uno. Que repetir un ejercicio defensivo hasta el cansancio dice más que cualquier diseño sofisticado. Que la preparación mental es tan importante como la física. Y que hay una belleza en la repetición, en el rigor cotidiano, que termina marcando la diferencia.
Es eso lo que hace que un equipo sienta que merece ganar. Es eso lo que permite sostenerse en los playoffs. Es eso lo que permite volver, incluso, después de la devastación.
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🪐Ni el estadio, ni el living: la realidad compartida como tercer lugar para el espectáculo deportivo. Cómo Cosm reinventa la experiencia inmersiva de los fans.
🌍Mundial de Clubes: el nuevo blend en los derechos de transmisión del fútbol.
✋Antes de irnos, recomendamos este tributo interactivo con datos, cifras, declaraciones e influencia de Gregg Popovich como coach de los Spurs. Autor: Adrian Beloki Abasolo
Hasta la próxima,
mg.
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Fue duro verlo y no sentir el paso del tiempo.