🏆 Champions League: dos personajes imprescindibles en las oficinas de Liverpool y Real Madrid
Final Champions League 2021/22: analíticas y habilidades blandas en las recetas de Liverpool y Real Madrid
La sensación constante es que clubes como Liverpool y Real Madrid nunca se equivocan cuando hacen sus movimientos en los mercados de pases. Siendo ricos y poderosos tienen una coreografía muy aparatosa y extremadamente ruidosa cuando se trata de pagar fortunas por lo obvio. El caso más concreto está en los dos intentos fallidos del Real Madrid por llevarse a Mbappé. El pensamiento es bien lineal: la estrella del momento, la cara del FIFA 22, tiene que estar si o si en el club de Florentino Pérez. No hay vueltas. Aunque no se haya concretado, era el intento y la disputa que había que dar. Esta vez Real Madrid perdió con un rival inesperado: el propio futbolista que decidió quedarse en PSG.
Pero en el mundo de las transferencias hay otra clase de danzas, más sutiles, quirúrgicas, donde la mezcla de las habilidades blandas, la persuasión, el ojo clínico donde otros no ven, los datos y la sistematización de un método propio scouting se combinan para dar en el blanco elegido. Ese es el primer éxito: cuando se consigue fichar al futbolista que se pretendía y que no siempre es el que aparece en el radar de los medios. Es cuando en las tertulias futboleras se dice que el club contrató a un “tapado”. Sigamos ese razonamiento con detenimiento porque si un club ficha a un futbolista del que nada sabe, está haciendo las cosas demasiado mal. No hay tapados: hay un secretismo bien administrado. La danza sutil.
Podríamos hacer un rápido archivo y elaborar una contabilidad express sobre las burlas de cierta prensa deportiva española, esos comentarios sarcásticos de gente que habla con la boca llena, cuando Real Madrid anunció que traía a Eduardo Camavinga. Las percepciones del mejor periodista deportivo -o del peor- jamás tendrán la profundidad de conocimiento de un reclutador. Lo cual está bien, porque son tareas distintas. Aprender eso y admitirlo es fundamental. De uno y otro lado.
En el caso de Liverpool nos podríamos remontar a 2013 cuando se lleva a Philippe Coutinho desde el Inter por una operación de 13 millones de euros y en 2018 lo negocia con Barcelona por un volumen total de 135 millones de euros. O avanzar en algo que constituye un spoiler: cómo dio, por ejemplo, con el lateral Robertson.
Los clubes de fútbol son organizaciones que existen y funcionan como tales por la interrelación de muchas personas. Especialmente cuando tienen éxito. Pero el mundo reclama síntesis, un par de razones que expliquen un fenómeno complejo. El detalle que simbolice la totalidad.
Por eso vamos con la elección de dos nombres que desde la trastienda ejecutan estrategias que sostienen al Liverpool y al Real Madrid. Sin ellos, ninguno de los finalistas de la Champions League sería lo que es.
Liverpool: cultura de datos en una organización en la que no es imprescindible conversar
Liverpool FC tiene la cultura norteamericana de sus dueños incorporada a sus pautas de organización, sin perder jamás su espíritu de club con un puerto en la puerta, la voz ronca de sus hinchas criados en pubs y la emoción salvaje de Anfield. Al fin y al cabo, hasta Los Beatles quisieron “probarse” en Estados Unidos para ver que tan buenos eran. Esa cultura indica que las decisiones se toman en base a los datos.
Nuestro hombre en Liverpool es Ian Graham.
Graham es el director de investigaciones que lidera el departamento de ciencias de datos del Liverpool, una estructura de seis personas con perfiles como científicos de datos, investigadores estadísticos y desarrolladores de softwares. Graham tiene un doctorado en física de la Universidad de Cambridge, es especialista en I+D y modelado de proyectos. Ingresó a Liverpool en julio de 2012 para ocuparse del área de decisiones tecnológicas y replicar el modelo del beisbol de los Red Sox en un club top de la Premier League.
Le costó ganarse su espacio. “Hay viene el de la laptop”, decían en el club hace diez años. Pasaron por lo menos siete años hasta que los grandes medios como New York Times repararon en su existencia. A no desesperar: los psicólogos deportivos esperaron más tiempo.
El equipo de ciencia de datos dirigido por Graham es una estructura que no tiene contacto directo con el técnico Jurgen Klopp. La leyenda urbana sobre un grupo de analistas de datos y especialistas en estadísticas, que no miran fútbol ni conversan con los miembros del cuerpo técnico -porque no lo precisan para cumplir su tarea- es una pésima propaganda para la instalación de una cultura de datos en el fútbol. Pero se hablan a través de otros y esa es la razón de la eficacia de las dos estructuras del club.
En una entrevista publicada por el propio Liverpool en su sitio oficial, Graham ofreció en su momento varios insights sobre el sentido de su tarea. El club quería dejar al descubierto que el área de datos también había sido influyente al momento de cosechar títulos como la Champions League, la Supercopa de la UEFA y el Mundial de Clubes de FIFA. Decía Graham:
“Lo que hemos construido es una plataforma en la que los analistas pueden ver el análisis del rival o el análisis posterior al partido desde nuestro punto de vista, por lo que tenemos modelos de goles esperados y modelos de valor de posesión esperados que se vinculan a los videos para decir : 'Esto es lo que entendemos que era una situación peligrosa.'
“Rara vez trabajamos directamente con los entrenadores. Pero el departamento de analistas tiene acceso a todos nuestros recursos de estadísticas y los usan en sus informes y reuniones”.
“Jürgen (Klopp) es muy abierto y receptivo a nuestra área. En términos de nuestra relación semana a semana, no tengo mucha interacción con él. Pero eso no es algo malo porque él conoce el análisis que hacemos y cómo se incorpora a los diversos informes y al trabajo semanal realiza con su equipo.
“Solo el hecho de que esté abierto y que comprenda intuitivamente los números, eso ya es suficiente. Y si hay algo en particular que deba abordarse, estaremos ahí para los entrenadores. Hemos realizado trabajos a medida, a partir de alguna preocupación por un área particular de juego o por si querían saber algo sobre viajar antes de un juego y cómo eso afecta el rendimiento”.
“Son conscientes de que podemos ayudar con cosas y dar una opinión al respecto, lo cual es genial. Jürgen está realmente abierto a ello y lo entiende. No demanda demasiado en el día a día o semana a semana, pero eso no tiene nada malo”.
Hay historias que son conocidas, pero que merecen ser resaltadas cuando hablamos del suceso de un club. Si Liverpool se hubiera dejado llevar por la sabiduría empírica del fútbol, por cómo las cosas deben ser según el impreciso termómetro de la tabla de posiciones que marca la agenda del debate, Jürgen Klopp no hubiera llegado al club en 2015.
Ian Graham lo explicó en una entrevista en 2019 para el podcast Freakonomics, donde quería saber cómo un físico había contribuído a que el Liverpool ganara la Champions:
“Los dueños, yo y todos mis colegas éramos grandes admiradores de Jürgen y su Borussia Dortmund. A principios de la década de 2010, eran la marca de fútbol más emocionante de Europa y provenían de un lugar que realmente no tenía dominio financiero (...) Ganaron la Bundesliga dos veces, con un enorme déficit financiero en comparación con el Bayern München. Y por eso siempre fue una de nuestras contrataciones soñadas para ser el entrenador. Pero su última temporada en el Dortmund fue desastrosa. Estaban en la zona de descenso y los medios alemanes dijeron que todo se había terminado para el Dortmund de Klopp y que no había vuelta atrás.
“Nuestro análisis mostraba algo bastante diferente: que seguían siendo claramente el segundo mejor equipo de Alemania, pero las actuaciones no coincidieron con los resultados. Así que analicé diez temporadas de actuaciones en la Bundesliga: el Dortmund fue el segundo equipo con menos suerte en esos 10 años de historia. Fue apenas una mala suerte terrible la que tuvo Jürgen esa última temporada”.
En el mismo podcast, Graham sostiene que el principal valor de los datos está en el momento del scouting y las posibilidades que surgen en los momentos de las transferencias. Describe al mercado de pases como un “mercado libre” de gran cantidad de jugadores y que el aporte sustancial está en el período de la exploración para descubrir el talento.
“Si detectamos a un jugador que nos gustaría tener en el Liverpool y podemos pagar el precio que exige el club vendedor, entonces podemos comprarlo. Y el verdadero poder del análisis de datos es cuando el conjunto de datos es grande. Tenemos datos detallados de cientos de miles de jugadores”.
“Tal vez solo el 5 por ciento de ellos estaría cerca de un jugador de nivel de la Premier League, pero eso sigue siendo 5,000 jugadores, que es un conjunto de demasiado grande para explorar a todos en profundidad y en detalle. Así que realmente podemos ayudar en ese proceso de filtrado e identificación”.
"Hay jugadores que brillan en los datos, pero que no brillan naturalmente para el típico aficionado al fútbol o incluso para el típico ojeador".
Jugadores sin mucha prensa. De un aspecto físico que no llama la atención. Talentos que crecieron en el club equivocado. Con menos actividad en redes sociales que otros. Las sensaciones extrafutbolísticas que envuelven a los futbolistas no solamente pueden ser engañosas, sino que poco tienen que ver con el rendimiento deportivo. El caso de Andy Robertson aplica para esa descripción. Y la contratación a comienzos de 2022 del colombiano Luis Díaz revela que Liverpool debe tener un buen análisis y filtrado de datos para hallar talento que se acople rápido a su estilo en esa posición. Cuenta Graham:
“Uno de mis jugadores favoritos es Andy Robertson, nuestro lateral izquierdo, uno de los mejores en su puesto de Europa y posteriormente también campeón europeo. El problema de Andy Robertson más que nada era su pasado: comenzó a jugar al fútbol de la Premier League inglesa a los 22 años y jugó para el Hull City, que no era un muy buen equipo. Fueron relegados de la Premier League. Robertson era el mejor lateral joven de Gran Bretaña en ese momento. Era un caso realmente extraño: un lateral ofensivo que jugaba en un equipo defensivo de rendimiento pobre”.
Ian Graham es el líder de una pandilla de freaks que son fundamentales para comprender por qué Liverpool juega como juega y por qué su modelo de control del campo es para estudiar en clubes y academias de fútbol. En este caso, llevar al lenguaje de los datos el trabajo que hace Jürgen Klopp. El camino inverso y complementario de dos áreas que no conversan entre sí, pero que alimentan a quienes deben hacer funcionar ese círculo virtuoso.
Real Madrid: el silencio del hombre que sabe demasiado
Real Madrid es un club especializado en detectar el talento brasileño en su punto exacto de ebullición. Sus contrataciones de jugadores, de condiciones irreprochables sobre el filo de los 18 años, como son los casos de Vinicius Junior y Rodrygo, a los que debe sumarse Reinier -20 años, surgido en Flamengo y que vuelve del préstamo al Borussia Dortmund-, son ejemplos de una lección bien aprendida llamada Neymar. El crack brasileño jamás llegó a ser jugador del Real Madrid a pesar de haber vivido con su padre durante tres semanas en hoteles pagados por el club, cenas con Zidane y Ronaldo, precontratos firmados y una seducción de años que no prosperó: Neymar se quedó en Santos y luego se dirigió a Barcelona. Esto que pasó con Mbappé tiene un aire de familia a aquello de Neymar. Pero todo eso cambió.
Nuestro hombre en Real Madrid es Juni Calafat.
Calafat es el jefe de scouting global del Real Madrid desde 2015. Si en el caso de Liverpool, Ian Graham conversa en podcasts sobre economía del comportamiento, Calafat es todo lo contrario: no habla con nadie. De hecho ya habló demasiado: fue periodista de Fiebre Maldini en Movistar+.
Su seguimiento del fútbol sudamericano le permitió dejar su labor de analista televisivo para incorporarse como scouter del Real Madrid en 2013, en uno de los recorridos menos habituales que tiene el fútbol como actividad. Más frecuente es que periodistas pasen a trabajar en los grupos de agentes de jugadores y que los jugadores luego se incorporen a los medios. Pero hay que tener muchas agallas para saltar de la opinión sin consecuencias a la toma real de decisiones. Levantar la mano en la mesa chica del Real Madrid y poner en juego millones de euros, diciendo: “Mi recomendación es que traigamos a Valverde”. Con el resultado puesto, todo parece sencillo.

Dicen que mira alrededor de cien videos por semana de jugadores. De los videos a tomar los aviones que hagan falta para verlos en el campo de juego. Conversa con el futbolista, con su familia, con sus agentes y con el club donde juega. El orden de las charlas varía según la planificación adecuada para fichar al futbolista. Todas las contrataciones de los últimos tiempos del Real Madrid, en especial la de los brasileños, tienen la firma de Calafat. “Es el Monchi del Madrid”, simplifican algunos. El apodo estaba ahí, solo había que empujarla. Si se observa el enorme organigrama del Real Madrid, se destaca el lugar estratégico que ocupa Juni Calafat como jefe de scouts del club: dos pasos y ya está en presidencia.
Los conocimientos de Calafat sobre el fútbol sudamericano, hablar el portugués -nombre real: José Antonio Calafat de Souza, nacido en Brasil, pero criado en España- y una capacidad de persuasión que va a la cuenta de las llamadas habilidades blandas, ponen a Calafat como la mano derecha de Florentino Pérez cuando se deciden las contrataciones. Su mérito es llegarle al jugador todavía adolescente, sintonizar con sus familiares, su entorno y saber explicar el storytelling del Real Madrid como club: Calafat arriba a campos de entrenamiento en Brasil donde también llegan los emisarios del PSG, Manchester City y el Barcelona. En las contrataciones en territorio brasileño les saca ventaja: Brasil exportó casi 17 mil futbolistas a otros mercados entre 2011 y 2021. Detectar el talento que hace la diferencia entre el muy bueno y el crack -y poder ficharlo- es todo un arte.
Rodrigo Caetano, actualmente director deportivo de Atlético Mineiro, fue el encargado de llevar las negociaciones en ese momento en Flamengo cuando Real Madrid compró a Vinicius en 45 millones de dólares. En un artículo en The Athletic, describe la forma en que Calafat manejó el proceso de contratación: “Juni había estado hablando con la familia de Vinicius durante mucho tiempo. Estaba realmente impresionado por la cantidad de investigación que había hecho sobre el jugador y su familia. Conocía a todas las personas que rodeaban a Vinicius, sabía lo que pensaban. Luego abrió diálogo con el club y con el entonces agente del jugador, Frederico Peña. Fue una relación cercana y eso hizo que el jugador comprara el proyecto. Eso fue lo que le permitió sellar el traspaso por el Real Madrid”.
Según describe la crónica, Calafat tuvo no menos de 14 reuniones con Vinicius y su entorno para llegar a un acuerdo. “Se metió en todos los patios traseros en los que hubo que entrar”, dice el texto. Cuando fue el asunto de Neymar, dos abogados de Real Madrid estuvieron 11 días consecutivos con la crew del futbolista para redactar el contrato adecuado. No era por ahí: en la fase de seducción y certezas, las familias no quieren hablar con abogados. “Todos los otros grandes clubes tienen representantes en Brasil, pero Juni marca la diferencia” comenta Nick Arcuri, agente de Rodrygo, en el mismo artículo. “Todo lo que Rodrygo soñó, lo pusieron frente a él. PSG, Borussia Dortmund y Barcelona también lo perseguían, pero Real marcó planes a corto plazo y para el futuro".

Cada viaje de Juni Calafat ahora es tomado con mayor seriedad por la prensa española cuando se filtra alguno de sus movimientos. El Madrid aprendió la lección de Neymar, pero los medios aprendieron la lección Camavinga. En enero pasado, Calafat estuvo en Mónaco para conocer condiciones por el volante Aurélien Tchouameni, jugador top esta semana en las búsquedas en Transfermarkt. También indican que anduvo por San Pablo en repetidas ocasiones para ver de cerca a Endrick, el futbolista de 15 años del Palmeiras.
15 años. Es la edad que tenía Reinier cuando Calafat comenzó a construir el vínculo con el jugador y su entorno. El club paulista acaba de sentar las bases para hacerle firmar su primer contrato hasta 2025, una vez que Endrick cumpla los 16 años. Estableció una cláusula de 60 millones de euros. Un ticket que el Real Madrid puede pagar perfectamente.
“Conoce muy bien el mercado sudamericano y sabe cómo construir relaciones. Tiene un buen 'in' con muchos equipos aquí. La forma en que se acerca a los clubes realmente marca la diferencia. Es muy profesional y respetuoso. No busca atajos ni trata de tomar atajos”, destaca Caetano en la charla con The Athletic.
Tchouameni* aparece como una continuidad en la renovación del mediocampo del Real Madrid, ya iniciada con Valverde y Camavinga, a días de una nueva final de Champions con Casemiro con 30 años, Luka Modric con 36 y Toni Kross con 32. La tarea también requiere del ojo experto y del poder de convencimiento de Juni Calafat, en la disputa por un futbolista al que también quiere el Liverpool. Lo mismo sucede con Endrick, plagado de pretendientes.


Dos caminos diferentes para llegar a un mismo jugador. No es que Liverpool y Real Madrid son clubes que nunca se equivocan, sino que el poder sus aciertos es tan sísmico, que siempre hacen movidas que asombran y dejan lecciones por aprender. Muchas de ellas basadas en errores no forzados que supieron cómo ocultar.
Ahora, a disfrutar el sábado de una nueva final de la Champions League. El fútbol europeo que apaga al resto del fútbol mundial cada vez que se enciende.
*(Al momento de cerrarse este newsletter, diversos medios daban ya como un hecho la llegada de Tchouameni al Real Madrid)
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Bonus: anticipo de un duelo
El secreto de sus ojos. Una pequeña masterclass de Virgil van Dijk y su manera de poner el cuerpo en el uno contra uno contra los atacantes rivales. La clave está en la mirada.


El gato del sombrero mágico. Karim Benzema va al espacio y después al defensor. O “ataca” al defensor y luego va hacia el espacio. Lo que haga falta: así juega el goleador -15 tantos- de la Champions League.


Datazo
Más equipos, más partidos, más premios: la Champions League cambia su formato a partir de la temporada 2024-2025. Este gráfico de AFP simplifica el nuevo esquema.
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mg.