🥇París 2024: cómo entender el nuevo significado de los Juegos Olímpicos
10.500 atletas listos para activar la plataforma más poderosa de narrativas deportivas. Los Juegos ya no pretenden un fan experto: la conexión es emocional y el futuro importa más que el pasado.
Va una breve introducción personal en estos tiempos en los que obligatoriamente “lo personal” parece ser dar vuelta el teléfono para registrarse uno mismo con el acontecimiento detrás: en unos días estaré en mis sextos Juegos Olímpicos. Nadie me lo pide, pero la honestidad del texto me lleva a que los dedos se disparen solos y las teclas de mi computadora escriban esto que escriben: contaré lo que vea y no me pondré delante de los hechos. Las selfies irán para familiares y amigos.
En unos días ya andaré por París. Con los ejes habituales que tienen estos newsletters y otros contenidos de Big Data Sports, habrá miradas, análisis y pensamientos en voz alta con los ejes frecuentes de estas entregas: innovación, fan engagement, tecnología, datos, medios, nuevas audiencias, nuevos deportes. Lo que haya para destilar y que ayude a entender y pensar.
Sigan en sintonía. 🧳✈️🏋️
Juegos Olímpicos París 2024: tres semanas para tomar el control total del deporte, atrapar a un nuevo fan y continuar con la celebración de un legado ancestral
Se acabaron las cuentas regresivas como organizadoras de la agenda del consumo de contenidos deportivos. Los Juegos Olímpicos nos siguen avisando cuando falta un año para su inicio. Vuelven a avisar cuando faltan 100 días para empezar y nos geolocalizan el recorrido de la antorcha. Pero esos cuatro años que mediaban entre unos Juegos y otros, esa gran nada olímpica que justificaban la espera y alimentaba el deseo de las nuevas proezas, ya no existe como concepto. Nos sentaremos cómodos y expectantes para ver esas proezas, pero ese paréntesis olímpico dejó de estar vacío.
La industria deportiva se sacó un diez perfecto a lo Nadia Comaneci para que todo suceda permanentemente y nada se detenga del todo. Sentiremos esa tensión inigualable cuando se estén por largar los 100 metros, pero ya Netflix se encargó de contarnos todo sobre el gran candidato Noah Lyles, como también nos mostró como ha sido el camino de regreso de Simone Biles cuando la visitaron todos sus monstruos mentales en Tokio 2020-21. Y cómo hizo para enfrentarlos y derrotarlos.
El COI tomó nota del sentido de los nuevos vientos en el deporte cuando en la década pasada avanzó primero hacia la oxigenación del programa olímpico con el ingreso del surf, skate, basquet 3X3, escalada deportiva, kitesurfing y el breaking. Los abuelos del COI decidieron preguntarles a sus nietos que era lo que los entretenía. Ensayo y error. Una mezcla de la cultura de la calle y algunos formatos que pudieran estar al alcance de un influencer si decidiera ponerse las pilas.
Luego en Río 2016 anunció la salida de Olympic Channel con la firme intención de romper la estacionalidad de los Juegos Olímpicos y ponerlos en presente continuo. Finalmente, el gran paso hacia el territorio digital: en 2025 tendremos en Arabia Saudita la primera edición de los Juegos Olímpicos de esports.
Con contenidos, streamings de diferentes deportes de nicho y producción de conocimiento orientado hacia su propia agenda de evolución, los Juegos Olímpicos se consuman cada cuatro años para celebrar un legado. Pero el COI ya no le habla a los fans cada cuatro años. Ninguna organización deportiva se va del todo de la vida cotidiana de sus seguidores. Tanto es así que Paris 2024 todavía no comenzó y ya sabemos un montón sobre Los Angeles 2028.
Mientras voy camino a París, creo que algunos insights pueden colaborar para entender el significado de los Juegos Olímpicos en 2024, con un fanático del deporte saturado de acontecimientos, que presta atención cuando el evento deportivo le estalla en la cara; al que luego hay que saber capturar para que el engagement mantenga su encanto y surta su efecto, una vez que la espuma baja.
Bienvenidos definitivamente a los Juegos Olímpicos Multipantallas (adiós a la tv lineal…)
París 2024 generará un volumen de 11 mil horas de contenidos audiovisuales. 4 mil horas serán de contenidos en vivo dedicados a los 32 deportes. Para dimensionar el asunto: un Mundial de Fútbol con 32 equipos genera 120 horas de contenidos en vivo. El resto son previas, entrenamientos, entrevistas y panelismo. Los Juegos Olímpicos son 32 Mundiales encapsulados en 18 días de competencias. Ninguna actividad del entretenimiento ofrece un menú de estas características.
Cuando se negocian los derechos de transmisión, los Juegos Olimpicos ponen a disposición de los licenciatarios un total de 80 feeds de contenidos audiovisuales para TV, streaming y social media. Una explosión de competencias en vivo, highlights y preciosismo cinemático para alimentar varias pantallas a la vez.
Hemos contado el caso de Claro Sports con YouTube que pondran a disposición de los fanáticos en 16 territorios de Latinoamérica un total de 10 pantallas en simultáneo para seguir los Juegos. La novedad es está: una pantalla será multiview y tendrá 4 transmisiones a la vez por si un fanático quiere seguir más de una competencia al mismo tiempo.
En los Juegos Olímpicos de hoy, en esta época que nos toca, es el usuario el que decide cómo verlo. No lo hace un programador ni un host.
Autos eléctricos, hidrógeno y sustentabilidad: ¿qué marca tomará la posta de Toyota?
Toyota se convirtió en el primer partner de movilidad del COI en 2015. Introdujo el concepto de la movilidad sustentable dentro de los Juegos Olímpicos. Según la prensa japonesa, Toyota terminará su acuerdo con el COI en agosto próximo. Se disolverá una alianza valuada en 835 millones de dólares y que instaló la idea de la sustentabilidad y el uso de los vehículos eléctricos en la industria deportiva de gran escala.
¿Quién ocupará el lugar de Toyota, un patrocinio que además fue creador de una categoría y de la configuración de ese concepto que involucra cuidado del ambiente, movilidad inclusiva, electricidad para hacer funcionar motores y engranajes y migración hacia nuevas formas de energía y combustibles?
En Sports Summit México se vio como Volvo, en un mercado local pero de gran volumen, avanza de manera inédita hacia los patrocinios deportivos. La plataforma de marcas del COI, que además involucran conceptos, podría tener ahí a un candidato para esa sucesión.
París 2024 tendrá el “last dance” de Toyota con estas prestaciones:
Vehículos electrificados: Toyota proporcionará más de 2,650 vehículos electrificados para los Juegos Olímpicos de París 2024, de los cuales alrededor del 60% tienen emisiones cero, incluyendo vehículos eléctricos de batería (BEV) y vehículos eléctricos de celda de combustible (FCEV).
Reducción de emisiones: Toyota tiene como objetivo reducir las emisiones de carbono de los vehículos en París 2024 en un 50% en comparación con los Juegos anteriores.
Producción local: Casi el 60% de toda la flota de Toyota se produce en Europa, incluyendo el 37% en Francia, lo que contribuye a la visión de unos Juegos Olímpicos y Paralímpicos sostenibles y de origen local.
Hidrógeno como pilar clave: Toyota considera que el hidrógeno es esencial para la creación de una sociedad de bajas emisiones de carbono y más sostenible. La empresa utilizará hasta 10 diferentes aplicaciones de movilidad de hidrógeno en París 2024, que incluyen autobuses, camiones, barcos y montacargas.
Junto a Toyota el COI consiguió diseñar un concepto de movilidad sustentable que ingresó en la conversación deportiva a partir de 2015. Si Toyota cierra su ciclo, queda un espacio libre para que otro pueda estacionar.
El fin del fanático experto
Los Juegos Olímpicos ya no le exigen un saber enciclopédico del fanático. No se pide más el pasaporte que certifique. La cultura deportiva es una sabiduría de alto valor, pero ahora se privilegia el menú de intereses del fanatico sin reclamarle una postura erudita sobre lo que verá.
La conexión con los atletas es emocional y especialmente es actual. “No sabés quién soy, pero ya lo sabrás”, decía la campaña del Team GB para Londres 2012. Ese momento fue el del cambio de paradigma. Fans y atletas se conocen ahora. Presente continuo. No hay que llegar a los JJOO sabiendo cuantas medallas ganó Mark Spitz, quién corrió descalzo en Roma 1960 o en que prueba tuvo un 10 perfecto Nadia Comaneci.
Esa sabiduría es eterna y no ocupa lugar. Te convierte en un fan experto y es un conocimiento relevante si uno sabe qué hacer con él. Pero los Juegos Olímpicos ya no piden saltar esa vara para disfrutarlos.
10,500 atletas, 10.500 historias para contar
La historia ya no tiene la única perspectiva desde el podio. Ganar medallas supone siempre tener mucho para decir acerca del logro, pero la relevancia de la narrativa no responde a esas jerarquías.
El atleta social media -empoderado por las herramientas de comunicación, vulnerable también porque esta expuesto a un click de distancia de un anónimo con ganas de molestar- tiene en sus manos la posibilidad de contar y conectar con las audiencias. Alcanza con ver un poco del documental de Simone Biles en Netflix para comprender como los mensajes que hacen daño tienen más fuerza que los que intentan comprender, mimar y dar apoyo.
En este equilibrio dificultoso y que hace que esta era del deporte no se parezca a ninguna otra, 10.500 atletas están en condiciones semejantes -aunque las jerarquías y meritocracia deportiva todavía existen- para decirnos algo desde Paris 2024.
El mundo está convulsionado y Francia especialmente dentro de ese mundo. Los mensajes sociales y políticos podran venir desde las calles e incluso desde la Villa Olímpica. El COI relajó muchos de los bozales que antes tenían los atletas para poder sentar posiciones. Se espera que sus voces ahora tengan libertad de decisión.
Inteligencia artificial: lo automatizado, lo real y lo fake…
“Para los Juegos de París 2024, la IA transformará la experiencia de los espectadores, con sistemas avanzados que ofrecen repeticiones de 360 grados y análisis en profundidad de cada movimiento atlético..” dijo Yannis Exarchos - CEO Olympic Channel. La IA acelerará procesos para generar publicaciones y utilizará como insumo la atmósfera de los estadios para construir esas piezas.
Inteligencia Artificial para la producción de highlights automatizados. Inteligencia Artificial para analizar la performance de los atletas. Inteligencia Artificial Generativa para la generación de stories y contenidos para social media. Inteligencia Artificial Generativa para construir imágenes y escenarios que parecerán reales pero no lo serán.
“A los atletas no solo se los agrede en redes sociales por su procedencia o etnia, sino que principalmente las agresiones vienen de apostadores enojados porque un deportista no obtuvo el resultado deseado y le hizo perder dinero. La industria deportiva habla poco y nada sobre esto”.
Serán unos Juegos Olímpicos en los que tendremos mucha información sobre el rendimiento de los atletas y las transmisiones se verán totalmente enriquecidas con esos datos. Al mismo tiempo, la AI tendrá un rol destacado en el monitoreo de las redes sociales para detectar y combatir el abuso y los mensajes agresivos.
A ver si nos enteremos de una vez: a los atletas no solo se los agrede por su procedencia o etnia, sino que principalmente las agresiones vienen de apostadores enojados porque un deportista no obtuvo el resultado deseado y le hizo perder dinero. La industria deportiva habla poco y nada sobre esto.
La IA estará en la agenda de París 2024. Le dará velocidad a lo real y permitirá también generar imagenes falsas, construir historias que pasarán como verdaderas. Eso también es el futuro del deporte.
Ya les diré.
Deseando leer esas crónicas desde París. Buen viaje al Viejo Continente!