La primera experiencia realmente inmersiva que recuerdo para mirar un deporte viene de una película: Any Given Sunday (Oliver Stone, 1999). El film es una ficción basada en una franquicia de la NFL y atravesó las épocas por el recordado speech de Al Pacino como entrenador del equipo. El tono de ese mensaje es tan fuerte que puso de moda un estilo de charlas motivadoras en el vestuario antes de salir al campo de juego. El Cholo Simeone usó en 2006 ese tramo de la película en la previa del clásico de La Plata que Estudiantes, su equipo, le ganó 7 a 0 a Gimnasia. Discurso que gana no se toca y Simeone siguió con esa dinámica durante toda su carrera como entrenador.Es curioso que un recurso que venía de la ficción -el speech del coach Tony D’Amato, el personaje de Päcino- haya tenido tanta influencia en el deporte de la vida real. Porque lo otro que se debería recordar de ese film es la cámara que Oliver Stone metía entre los actores-jugadores, para poder apreciar choques y cabezas que crujen, en una inmersión en el juego que la televisión todavía no mostraba y que empezó a mostrar hace poco. Recuerdo mis conversaciones con Guillermo Hernández, comentarista de cine en el programa de radio Cual Es? en Rock and Pop, acerca de cuándo podríamos ver el fútbol como vimos en la NFL de Un Domingo Cualquiera.Ese día llegó y su fecha de bautismo la podríamos fijar en el 17 de julio de 2022 con el amistoso que jugaron FC Köln y AC Milan como parte del “pack” de innovaciones que la Bundesliga ya había anunciado meses antes y creado como laboratorio para probar nuevas maneras de transmitir el juego. O no tan nuevas.Si la literatura, las películas y las series nos dan pistas sobre un futuro posible, en ocasiones el margen de error es grande como el universo. Según algunos relatos, ya en esta época los automóviles iban a volar, nuestras familias serían como Los Supersónicos -The Jetsons, que si anticiparon las calls por Zoom y el home office- y la colonización del espacio era todo un hecho. Pero de otra perspectiva, podemos pensar que las señales son inversas. Tiendo a creer que lo que vemos como salido de Black Mirror, en realidad, son tendencias comprobadas analizadas por los creadores de la serie (por ejemplo,los perros robot de Boston Dynamics), para luego crear historias basadas en investigaciones y hallazgos científicos que serían factibles, en esos pliegues de línea de tiempo clásicos de Black Mirror sobre un un futuro que está encimado con el presente. Y en caso de no ser así, queda otra dosis de realismo: la capacidad de imaginar cosas que realmente como humanos podríamos hacer, y no autos que vuelanDespués de tres décadas de videojuegos deportivos de simulación y alguna que otra película, tras el intento de alguna startup que leyó bien lo que venía y no tuvo suerte, entendemos que es perfectamente posible y natural que un partido de fútbol pueda ser visto y transmitido desde la perspectiva de un jugador. Mientras eso sucede, y aunque cada vez tenemos más evidencia en contrario, todavía creemos que los 30 años de edad de un futbolista son el umbral donde se encienden las alarmas para evaluar un rendimiento.En esta newsletter, revisaremos el futuro obvio que esperábamos y trataremos de entender porque al mismo tiempo manejamos categorías obsoletas en este maravilloso juego llamado fútbol.
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📽️ Fútbol: cámaras en el cuerpo, cuerpos de…
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La primera experiencia realmente inmersiva que recuerdo para mirar un deporte viene de una película: Any Given Sunday (Oliver Stone, 1999). El film es una ficción basada en una franquicia de la NFL y atravesó las épocas por el recordado speech de Al Pacino como entrenador del equipo. El tono de ese mensaje es tan fuerte que puso de moda un estilo de charlas motivadoras en el vestuario antes de salir al campo de juego. El Cholo Simeone usó en 2006 ese tramo de la película en la previa del clásico de La Plata que Estudiantes, su equipo, le ganó 7 a 0 a Gimnasia. Discurso que gana no se toca y Simeone siguió con esa dinámica durante toda su carrera como entrenador.Es curioso que un recurso que venía de la ficción -el speech del coach Tony D’Amato, el personaje de Päcino- haya tenido tanta influencia en el deporte de la vida real. Porque lo otro que se debería recordar de ese film es la cámara que Oliver Stone metía entre los actores-jugadores, para poder apreciar choques y cabezas que crujen, en una inmersión en el juego que la televisión todavía no mostraba y que empezó a mostrar hace poco. Recuerdo mis conversaciones con Guillermo Hernández, comentarista de cine en el programa de radio Cual Es? en Rock and Pop, acerca de cuándo podríamos ver el fútbol como vimos en la NFL de Un Domingo Cualquiera.Ese día llegó y su fecha de bautismo la podríamos fijar en el 17 de julio de 2022 con el amistoso que jugaron FC Köln y AC Milan como parte del “pack” de innovaciones que la Bundesliga ya había anunciado meses antes y creado como laboratorio para probar nuevas maneras de transmitir el juego. O no tan nuevas.Si la literatura, las películas y las series nos dan pistas sobre un futuro posible, en ocasiones el margen de error es grande como el universo. Según algunos relatos, ya en esta época los automóviles iban a volar, nuestras familias serían como Los Supersónicos -The Jetsons, que si anticiparon las calls por Zoom y el home office- y la colonización del espacio era todo un hecho. Pero de otra perspectiva, podemos pensar que las señales son inversas. Tiendo a creer que lo que vemos como salido de Black Mirror, en realidad, son tendencias comprobadas analizadas por los creadores de la serie (por ejemplo,los perros robot de Boston Dynamics), para luego crear historias basadas en investigaciones y hallazgos científicos que serían factibles, en esos pliegues de línea de tiempo clásicos de Black Mirror sobre un un futuro que está encimado con el presente. Y en caso de no ser así, queda otra dosis de realismo: la capacidad de imaginar cosas que realmente como humanos podríamos hacer, y no autos que vuelanDespués de tres décadas de videojuegos deportivos de simulación y alguna que otra película, tras el intento de alguna startup que leyó bien lo que venía y no tuvo suerte, entendemos que es perfectamente posible y natural que un partido de fútbol pueda ser visto y transmitido desde la perspectiva de un jugador. Mientras eso sucede, y aunque cada vez tenemos más evidencia en contrario, todavía creemos que los 30 años de edad de un futbolista son el umbral donde se encienden las alarmas para evaluar un rendimiento.En esta newsletter, revisaremos el futuro obvio que esperábamos y trataremos de entender porque al mismo tiempo manejamos categorías obsoletas en este maravilloso juego llamado fútbol.