🌡️Cooling break: el fútbol combate a su peor enemigo con dos pausas de 3 minutos
Mundiales, Juegos Olímpicos, Wimbledon y carreras de esquí sin nieve real, son algunas de las señales evidentes del cambio climático. Pronóstico de calor infernal: en el Mundial 2026 todo será peor.
Efecto mariposa del deporte moderno: un fanático del tenis en una Buenos Aires atravesada por una masa de aire polar, sentado frente a ESPN, espera que un espectador se recupere de un golpe de calor para ver a Carlos Alcaraz en la primera ronda de Wimbledon. Dos puntos distantes del mundo, con 30 grados centígrados de separación.
De Londres al fútbol en Estados Unidos, las conexiones climáticas se convierten en temas obligados de conversación. El deporte como singular fenómeno global permite que tengamos datos básicos de lo que sucede en el lugar donde se desarrollan los acontecimientos. En el Mundial de Clubes, en Wimbledon ahora, y en los Juegos Olímpicos de París el año pasado, los estragos causados por el calor se vuelven recurrentes e inevitables.
Las señales muestran que la industria del entretenimiento y del deporte tienen una cartografía nueva para diseñar el futuro de sus espectáculos, amenazados por inclemencias del tiempo, probables cancelaciones, daños económicos, afectación de performance y baja calidad de bienestar de los fanáticos
Porque todo indica que el asunto se pondrá peor.
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Por qué el impacto del cambio climático ya no es un fenómeno ocasional en los eventos deportivos
El cooling break, esas pausas de 3 minutos a los (+/-) 30 minutos de cada tiempo, podría quedarse corto para el Mundial 2026. FIFPRO, el sindicato mundial de futbolistas, recomendó ampliar el descanso a 20 minutos y establecer pausas de enfriamiento más frecuentes para proteger a los jugadores ante el calor extremo.
Señala que nueve de las 16 ciudades del Mundial 2026 enfrentarán condiciones de “riesgo extremo”, según indica el índice WBGT que considera temperatura, humedad, radiación solar y viento. La entidad recomienda suspender o reprogramar los partidos si el WBGT supera los 28 grados, mientras que la FIFA fija ese umbral en 32 °C. Se estima que al menos seis de las nueve ciudades afectadas podrían superar ese límite.
Vincent Gouttebarge, director médico de FIFPRO, cuestionó la utilidad de las pausas de enfriamiento en los minutos 30 y 75: propone pausas más breves cada 15 minutos, como una alternativa más efectiva. También considera que un descanso de 20 minutos en el entretiempó podría ser más adecuado en estas condiciones extremas. Esta estrategia no quedará en el aire: será probada por FIFPRO junto con el sindicato portugués en agosto.
Las advertencias de la organización que agrupa a 65 mil futbolistas profesionales no son nuevas. En 2023 publicó once recomendaciones para combatir el calor extremo. Además de los consejos de hidratación y cuidado que podemos considerar básicos, también señalaba la importancia de llevar un registro de colapsos y lesiones motivadas por las altas temperaturas como forma de protección.(Solo resta averiguar si FIFA y FIFPRO, como grupo de interés, conversan entre sí para aplicar algo de lo que el sindicato global de los futbolistas propone para preservar a los jugadores).
Los observadores externos del deporte todavía abordan la problemática del calor extremo como si fuera un evento ocasional, azaroso, que puede darse o no. En ese contexto, en fútbol, la mirada que predomina es que una pausa de hidratación desnaturaliza el juego porque frena su dinámica. Los conservadores del fútbol pueden ser hasta más estrictos que un miembro del Augusta National: todo cambio siempre es una amenaza. Un asunto de salud queda por detrás de la esencia.
Es un pensamiento extraño para quienes ya normalizaron que los arqueros enfríen el partido porque fingen calambres o haya jugadores que se tiran por orden del entrenador, que precisa dar indicaciones. Picardías con el tiempo ajeno, no con el propio.
Sinceramente, ante esa democracia que afecta al reglamento, prefiero la “tiranía” de un árbitro y los cooling breaks a los 30 y 75 minutos de partido, ya pactados de antemano.
Al mismo tiempo, los fanáticos que van a un espectáculo deportivo, no se sienten interpelados como potenciales víctimas del rigor de las altas temperaturas. Un espectador desvanecido en Wimbledon, sobre medio millón de personas que pasarán por el torneo en dos semanas, no mueve mucho la aguja de la estadística.
Bueno, eso depende: un desmayo por el calor en el partido de Carlos Alcaraz, obligó a suspender el juego durante 15 minutos. La dinámica del duelo, la preparación a conciencia de los tenistas, la programación de canales de TV y plataformas de streaming globales, todos afectados, ahora, ya mismo, por el calor bochornoso que tumbó al poseedor de un ticket en Londres y que impacta en el consumo del tenis en todo el planeta. Exponerlo desde la crudeza sobre cuánto sufre el negocio deportivo, tal vez sea una manera de generar conciencia en quienes toman decisiones.
Qué deben hacer los eventos deportivos con el calor extremo
Para los amantes de las perlitas estadísticas y records random: con temperaturas que superaron los 32 grados, Wimbledon tuvo el comienzo de torneo más caluroso en sus 148 años de historia. La organización dispuso de mayor cantidad de postas médicas, distribuyó 6.700 botellas recargables para su staff, puso más de 100 estaciones de agua potable y repartió un “mapa de sombras”, para que los espectadores tengan como protegerse.
La regla de calor del Australian Open de tenis oficia como uno de los mojones científicos más consultado para definir criterios en el deporte profesional. En el mundo en el que Australian Open implementó sus primeras políticas para el calor, en 1998, esas directrices no parecían necesarias para Wimbledon. Ahora lo son.
Por eso en Australia es constante el monitoreo de riesgos bajo el imperio del calor extremo. Sports Medicine Australia, en un reporte de 2021, clasificó en cinco grupos de riesgo (de bajo a extremo) a diferentes deportes. El fútbol y el tenis se encuentran en el grupo número tres.
Bajo riesgo: Arquería, atletismo (pruebas de campo), golf, vela y tiro.
Riesgo moderado: Fútbol australiano, básquet, ciclismo, canotaje, escalada, fútbol, remo, tenis.
Riesgo alto: Carreras de larga distancia, triatlón y voleibol.
Riesgo muy alto: Béisbol, cricket, deportes ecuestres, motociclismo y rugby.
Riesgo extremo: Hockey sobre césped y mountain bike.
Del mismo informe se desprenden otras cuestiones sobre cómo suelen advertirse los problemas derivados de la práctica deportiva con calor extremo: hay ciertos síntomas que son subreportados porque las lesiones fatales son ocasionales. Ideas principales del reporte:
Alta incidencia de enfermedades por calor, pero subreportadas
Aunque las lesiones fatales por calor durante el deporte son muy ocasionales, hay registros sobre miles de enfermedades relacionadas con el calor (como agotamiento por calor) que se reportan cada ño. Sin embargo, estos casos sólo incluyen hospitalizaciones directas, lo que significa que la tasa real de incidencia es mucho mayor y está subestimada
Impacto de la humedad en la termorregulación
Aún cuando la temperatura ambiente es de 35-40°C, los altos niveles de humedad impiden la evaporación del sudor, lo que eleva drásticamente el riesgo de enfermedades por calor incluso a condiciones menos extremas durante el ejercicio físico activo.El golpe de calor por esfuerzo (EHS) es una emergencia médica con síntomas severos y temperatura corporal por encima de 40°C
El EHS puede presentarse con confusión, comportamiento agresivo, convulsiones y coma. Requiere una respuesta inmediata: enfriamiento agresivo del cuerpo antes de transportar al afectado al hospital. "Enfriar primero, transportar después" es la regla de oro.
El sector del deporte y el entretenimiento se enfila hacia un horizonte de amenazas de cancelaciones y postergaciones de eventos por olas de calor cada vez más frecuentes. En noviembre de 2023, Taylor Swift tuvo que suspender su segundo concierto en Río de Janeiro, luego de que la ciudad registrara una sensación térmica cercana a los 60 grados. Una espectadora había fallecido tras el primer show, como consecuencia directa del calor extremo. Días antes había postergado su show en Buenos Aires por tormenta.
La tragedia vuelve a advertir a quienes solo observan el hecho puntual, como si eso solo no alcanzara: para una artista como Taylor Swift, ignorar lo ocurrido sería no conectar con su comunidad de fans. Al drama humano le sigue el impacto sobre el negocio.
Esta dinámica impactará en un incremento de las políticas de seguros de espectadores y pérdidas de ingresos por las suspensiones asociadas: el calor extremo y el riesgo de inundaciones se vuelve el enemigo número uno de los eventos al aire libre. Publicaciones científicas hablan sin rodeos del calor extremo como “el asesino de los espectáculos deportivos”. Esa perspectiva debe llevar a las propiedas deportivas a implementar mejoras en su planificación y en recintos.
Las advertencias sobre los riesgos del cambio climático en la industria deportiva, para buena parte de las organizaciones, son temáticas purpose washing, un postureo que denota cierta virtud por solo ponerlas sobre la mesa.
Eso es muy poco: los negocios deportivos del futuro están a merced de versiones catastróficas del clima, que no pide permiso para aparecer, ni le interesa la opinión de los que lo niegan. O de los que lo reconocen. Simplemente sucede. Estamos avisados.
Un caso excepcional - para bien- lo representa World Rugby, una de las organizaciones que trabaja sostenidamente sobre esta problemática. Inundaciones, sequías y calor extremo son temas obligados en su agenda, con varios países relevantes para sus competencias que están sobre el Pacífico.
Un relevamiento hecho por World Rugby mostró cuáles son los riesgos en diferentes mercados (lo pueden consultar acá), con ocho sobre diez países con posibilidad de recibir inundaciones repentinas que afecten sus campeonatos y la infraestructura de sus estadios.
En su Plan de Sostenibilidad Ambiental 2030, entre otros aspectos, aconseja integrar datos climáticos a todo el proceso de toma de decisiones para la planificación y ubicación de los eventos deportivos. También señala la necesidad de desarrollar herramientas de gestión climática para monitorear los efectos del cambio climático en estadios y terrenos de juego. Yendo directamente al bolsillo: el costo de arreglos de recintos y campos sería mucho más elevado que el de la prevención.
Inundaciones, incendios y esquí sin nieve
Una mirada hacia el pasado reciente permite encontrar señales de acontecimientos deportivos y calendarios alterados como consecuencia de los efectos del cambio climático. La evidencia dejó estadios bajo el agua, consignó olor a bosques quemados y canceló fechas de deportes invernales por falta de nieve. World Economic Forum, al término de los Juegos Olímpicos París 2024, publicó datos sobre el impacto de desastres ambientales que afectaron al calendario deportivo:
Incendios que afectaron la realización en los últimos dos años de las ligas profesionales norteamericanas, con 75 millones de personas que padecieron la mala calidad del aire. Para agregar: Los Angeles como la ciudad más afectada a comienzos de este año.
Maratones que cambiaron su programación original en Qatar, Tokio y Nueva York por temperaturas elevadas o incluso por inundaciones.
Eventos de Fórmula 1 en Italia cancelados por inundaciones.
26 cancelaciones de fechas de la Copa Mundial de Esquí (FIS) entre 2023 y 2024 por tormentas severas o por falta de nieve.
Utilización recurrente de nieve artificial para poder realizar las pruebas. Un estudio proyecta que para el año 2100, uno de cada ocho centros de esquí podría dejar de existir.
Record de ciclistas afectados por el calor extremo en el Tour de France 2024 y cambios de recorrido para mitigar el impacto de las altas temperaturas.
Más de cien abandonos y problemas reportados por exceso de calor en atletas de Tokio 2020/21.
Paris 2024 recibió los Juegos Olímpicos por primera vez desde 1924: en esos cien años la temperatura promedio de la ciudad aumentó 3,1 grados centígrados.
Estas pausas conocidas como cooling break, aún cuando en ciertos partidos el calor no fuera extenuante, deberían ser vistas como intentos adecuados para evitar males mayores. Con patrocinio de Powerade o no, eso no importa. Si no es esto ya encontrarán otra cosa para auspiciar. Lo mismo sucede con los cambios de horario de las maratones y hasta la modificación de recorridos en ciclismo.
Son correcciones obligadas en función de circunstancias que cambian y peligros que crecen. Como forma de progreso se comienzan a apreciar nuevos cuidados para los espectadores, lo que nos lleva a diseñar un futuro más amigable para los eventos deportivos, cuando las temperaturas sean muy altas: la hidratación a libre demanda debería dejar de ser exclusivamente un artículo de consumo para reconvertirse en una medida de bienestar y protección hacia los espectadores. Los mapas de sombra en Wimbledon son un ejemplo a seguir.
Son los primeros intentos para enfrentar a ese gran enemigo que tiene la humanidad y obviamente la industria del deporte: la cara más despiadada del cambio climático.
No se trata de ser tremendistas. Se trata de girar la cabeza, revisar como mínimo cinco años para atrás y comprobar cómo se van alterando los eventos deportivos y musicales, cuando el verano se anticipa y llega sin la piedad del mismísimo infierno.
Cosas díficiles de dimensionar en julio, bajo los efectos de la llamada bomba polar en la Argentina.
Guarden este tweet: en febrero hablamos.🥵
📺 Para ver: la conversación con Matías Conde sobre cómo los datos pueden colaborar para analizar rendimientos de clubes y ligas, ahora que el Mundial de Clubes dejó algo lejos la idea de paridad inicial entre los equipos sudamericanos y europeos. Algunas comparaciones, sin embargo, son posibles.
Hasta la próxima,
mg.
Yo era un escéptico de los cooling breaks como estrategia comercial y venta televisiva. No lo había pensado desde esta perspectiva. Quizás puede ser un punto de encuentro de negocio y salud en la industria del deporte, lo que sería un punto bueno teniendo en cuenta que el negocio hoy apunta a saturar el calendario, en detrimento de la salud