🌊Boca y River en el océano de datos del Mundial de Clubes
El fútbol argentino exportó al campeonato de la FIFA aquello que lo identifica: multitudes desbordantes, presión sobre el rival y juego interrumpido. Ese mundo real del que habló Guardiola.
El enfoque de cultura de datos que FIFA comenzó a darle al fútbol a partir de 2015, diez años después, tiene su primera versión en el Mundial de Clubes de Estados Unidos. El campeonato de 32 equipos también cuenta con los reportes del FIFA Training Centre, la estructura analítica estrenada en Qatar 2022 y que se encarga de generar reportes de estadísticas avanzadas del juego y poner a un grupo de expertos capitaneados por Arsene Wenger para tomar nota de las innovaciones que haya en el juego.
Un verdadero océano de datos. Hay varias maneras de conectar con el mar. Podemos observar desde la costa sin intervenir solo para admirar la inmensidad; podemos también achicar la distancia y meternos un rato; los más audaces pueden recurrir a equipamiento y sumergirse como un buzo táctico en sus profundidades y ver qué sucede ahí. El fútbol ahora permite esos diferentes niveles de contemplación.
El célebre big data del fútbol, en Qatar, reveló que Messi ganó el Mundial con el 60 por ciento de los kilómetros recorridos en siete partidos y sus alargues, a ritmo de caminata. Aquello por lo que lo criticaban fue su virtud. Ahora cuantificada.
Un partido de fútbol no se explica solo por los datos, pero los datos tienen la capacidad de explicar mucho de un partido de fútbol. El momento emotivo del 1 a 1 de Boca contra Bayern Munich, la atmósfera festiva, la jugada de Merentiel, no nos hablan desde las estadísticas. Hay algo ahí que no está expresado ni lo estará nunca. Por eso hablamos de meterse en las profundidades. Algunos temen meterse en esas aguas porque creen que la emoción se evapora si lo hacen. Allá ellos.
Vamos a ver algunos de los millones de datos que se procesan en el Mundial de Clubes. No con la idea de establecer mejores o peores. Tampoco con lo más ingrato que tiene el fútbol: analizar rendimientos en función del resultado. Pero si con la intención de encontrar características, huellas de estilo y señales de identidad que pueden presentar equipos como Boca y River.
En doce de las 20 fechas del último torneo de la Liga Profesional de Fútbol de la Argentina, el tiempo efectivo promedio de juego estuvo por debajo de los 50 minutos.
En esos parámetros -también con datos de Opta/ podemos advertir que los dos clubes llevaron al Mundial ciertos rasgos de la liga a la que pertenecen. Usos y costumbres que forman parte de sus cajas de herramientas. Reconocibles cuando juegan de visitante. Toleradas y celebradas fueras de casa cuando llega el turno de jugar contra un club más poderoso.
Nada que el fútbol no contemple: si revisamos el partido de Botafogo con PSG, veremos cómo el equipo brasileño recurrió a todas las armas defensivas posibles para consolidar un triunfo celebrado por toda la CONMEBOL.
Boca y River bajo los datos
En el cuadro superior podemos ver un rasgo de Boca, en el imaginario popular y en el partido concreto contra Bayern Munich: meter y presionar. Boca tuvo 367 situaciones de presión contra 142 del equipo alemán, lo cual es lógico porque Bayern la tuvo más tiempo (64 por ciento contra 26). Interesa también cómo Bayern Munich fue mucho más rápido en promedio para la recuperación: 11.8 segundos contra 22.4 segundos. Es decir, Boca tardó el doble de tiempo para hacerse de la pelota cuando tuvo la ocasión.
El encadenamiento del juego es un elemento decisivo de Bayern Munich. En el cuadro de arribas vemos que la combinación Kimmich-Olise fue la que más frecuencia tuvo en la red de pases. El dato destacado es que en las cinco principales combinaciones, los futbolistas del Bayern dieron por lo menos entre 15 y 20 pases entre sí, con intención de progreso en el juego.
Vemos a Boca en cambio con su máxima combinación entre sus dos centrales (Di Lollo para Costa) con solo ocho pases. En su passing network se advierte también cómo las colaboraciones fueron escasas y hubo menos futbolistas involucrados en la frecuencia de construir juego.
Por las razones que fueran (jerarquía de plantel, momento deportivo, limitaciones asumidas, capacidad del que domina) Boca tuvo menos la pelota y su idea era atacar cuando pudiera. Cuando lo logró, llegó el gol de Merentiel que cruzará varias generaciones en recuerdo de sus hinchas.
Por todo eso es saludable cruzar los datos con el pulso emotivo del partido: la jugada del gol nace de una triple marca cerca del área de Boca. Morder, encimar, quitar. Boca sin eso era el equipo vacío que venía siendo hasta este Mundial. Ahora bien: proyectar determinados instantes positivos como si eso fuera a representar la totalidad de un partido, acá no nos animamos a tanto. Boca, en general contra Bayern Munich, no la vió.
Neuer: un jugador más
¿Qué ven en estos datos de Manuel Neuer? Para mí lo principal es que es un arquero que prácticamente no usa las manos para jugar. Todo pies. O cabezazo si la situación es apremiante. La influencia y el modo de juego de Neuer está a la vista cuando se mira el partido. Los datos confirman toda percepción.
Veamos a continuación datos de otros arqueros: Armani y Andrada. Corresponden al partido entre River y Monterrey. El arquero de River, más atajador, casi no interviene en la construcción de juego. Estamos en una época en la que el arquero está integrado al encadenamiento de pases. Hubo apenas 12 involucramientos de Armani en el juego frente a 72 de Andrada, arquero de Monterrey.
River y Boca todavía tienen que jugar el tercer partido de su grupo para definir su suerte en el Mundial de Clubes. Final abierto para cada uno, en situaciones difíciles por distintas razones. Siendo cada uno la otra cara de la moneda del fútbol argentino, compararlos, medirlos, superponerlos, evaluar cuánta gente meten, cuánta no, quién ganó más títulos, en fin, todo aquello que sirva para que los hinchas y periodistas-hinchas los contrasten, se convirtió en una tarea agotadora pero que parece inevitable.
Una mirada externa de esa dinámica, pero interna por ser desde el Mundial de Clubes, los etiquetó en un frasco con un contenido que mezcla virtudes y críticas. Guardiola mencionó la manera en que Boca metió, como también elogió a Botafogo y ponderó la energía de los jugadores sudamericanos. “Bienvenidos al mundo real”, dijo cuándo hablaba de la sorpresa que causa que equipos europeos pierdan con los sudamericanos (en realidad, contra los brasileños…).
Pero Arsene Wenger se quejó de esto que vemos acá arriba. El juego interrumpido en Boca y Benfica: 46 minutos y monedas, con Boca cargándose 34 minutos de ese tiempo de juego cortado. Wenger dice que la gente no paga un ticket para eso. Pero también tenemos otro caso con River. Aunque la mayor parte del tiempo sin juego corresponde a Monterrey, el equipo de Gallardo estuvo sumergido en un partido con muchas fricciones, exceso de faltas y un partido totalmente cortado: 43 minutos y 39 infracciones.
Domenec Torrent, técnico del equipo mexicano, se quejó por la cantidad de faltas que cometió River: le atribuyó 22. Las otras 17 son propias, por lo que la diferencia no sería abismal. Al final de cuentas un partido de fútbol, como el tango, es un asunto entre dos. Se trata de una coproducción: los dos construyeron un partido como el que salió.
Boca y River animaron dos partidos con juego discontinuo. No es sorpresa. Es parte de lo que llevaron al Mundial de Clubes, aunque no es lo único que tienen para ofrecer. No son seleccionados que se arman durante un tiempo encapsulado en un predio.
Son clubes acostumbrados para responder en un medio determinado, diariamente, con lo que llevan puesto. Hace mucho tiempo que el fútbol de clubes no tiene referencias -mas allá de las copas de CONMEBOL- para ver dónde está parado con respecto a clubes de gran presupuesto.
En doce de las 20 fechas del último Torneo Apertura el tiempo efectivo de juego estuvo por debajo de los 50 minutos. Boca y River son las únicas referencias argentinas en el Mundial de Clubes (referencias más que justificadas, por múltiples factores que nadie puede discutir), pero emergen en el escenario internacional con el sello del fútbol al que pertenecen: una liga con exceso de interrupciones.
Se juega poco y se discute mucho. Se raspa bastante. Los datos también ratificaron eso cuando saltaron a la escena internacional. Están en los bolsos que salen de utilería y se usan. Cuando Pep Guardiola da la bienvenida al mundo real, pues bien: esos artilugios son parte de la realidad de los clubes argentinos. Así juegan. Eso es lo que tienen. Cortar el juego. El arquero misteriosamente acalambrado cuando el equipo precisa enfríar el partido. Meter para imponer autoridad o equilibrar lo que está desbalanceado de entrada.
Estamos acostumbrados a ese espejo, pero causa sorpresa cuando la escena del juego es un Mundial de la FIFA. Que alguien se lo explique a Wenger. Por estas cosas el fútbol argentino es difícil, un eufemismo que hay que desentrañar más en detalle. Pero son esas características las que permiten proyectar, que en otra constelación futbolística y filosófica, Mbappé no la tocaría en la cancha de Olimpo.
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¿Por qué elegí estos datos y no otros para este texto? Principalmente para contar cosas que no habían sido contadas. O no habían sido contadas del todo. También porque los datos están para ser interpretados y poder articular una historia. Y esas métricas son diferentes para un cuerpo técnico, un periodista, un fanático o incluso un apostador.
Los datos sueltos no son nada. La búsqueda debe tener una intención. Quién repara en ellos es el que les da sentido. FIFA los ofrece estructurados, abiertos, gratis y bien explicados. Con una pedagogía interesante. Para entender mejor este juego que es simple, y que a la vez, a tiene detalles que maravillan. Porque parecían a la vista y no lo estaban.
Se puede no usar datos para ver fútbol e igualmente ser feliz. No utilizarlos no es un pecado. No hacerlo por pereza, a esta altura del desarrollo del sports analytics, lo es⚽
Datos Opta: Matías Conde.
Sigan disfrutando del Mundial.
Gracias por leer y recomendar!💪
Hasta la próxima,
mg.
Hola, me encantó esas gráficas de encadenamiento de pases, es muy certera y muy ilustrativa acerca del estilo de juego y posibilidades de tándem. gracias