🇦🇷 Argentina 78: el documental, el fútbol de Menotti y los datos cuando no había datos
Conversación con Matías Bauso, autor de "78, historia oral del Mundial". Gobierno militar, vida cotidiana y big data para analizar aquella Selección de Menotti que tiene un nuevo documental en Disney+
Tres estrellas. El fútbol argentino navega desde hace dos años con esas guías en su cielo. Cuando el fútbol cotidiano se vuelve opaco, esas tres estrellas lo transforman en una zona segura y brillante. La vuelta evocativa a 1978, 1986 y ahora a 2022, siempre iluminan los rostros de los que deciden en el mundo del fútbol. Mejor hablar de eso y no del fútbol de cada día, con sus dramas a cuestas.
La primera de las tres estrellas llegó en un momento de espanto. En 1978. Con la dictadura militar, la represión, los secuestros y los desaparecidos. La democracia otra vez suspendida, pero como nunca antes. En un espacio temporal que medio siglo más tarde se hace muy difícil de entender cómo logró ser gestionado: la politica y el fútbol ensamblados, pero con el Mundial con perfil propio. Como cualquier otro.
De eso hablamos en este newsletter (y en el podcast que da sentido a este newsletter) con Matías Bauso, autor del libro “78, historia oral del Mundial” que luego fue material para la construcción del documental estrenado en noviembre por Disney +.
“El Mundial 78 fueron 25 días excepcionales en siete años. Porque mientras la Argentina vivía en la dictadura, el dentista sacaba muelas, el pastelero hacía pasteles y había una vida cotidiana ,mientras se preparaba una Selección entrenada por Menotti. En un país donde los militares, en un año y medio, construyeron de la nada los estadios para un campeonato que iba a costar 70 millones de dólares y terminó costando 700 millones de dólares”, resume Bauso con sus ideas durante la conversación.
A Matías Conde se le ocurrió que podíamos hacer el ejercicio de revisar el estilo de juego de la Selección de Menotti con los datos que tenemos en la actualidad. Y entre los tres generamos un contenido genial: se pudo medir la intensidad de ese equipo con la presión alta que ejercía; cuántas pelotas en promedio recuperaba antes de los seis segundos; pudimos saber cuántas veces le patearon al arco a Fillol y cuántas atajó. Y en tiempos donde las reglas del juego eran apenas una sugerencia para el árbitro, se pudo establecer que Argentina del 78 fue el seleccionado que más faltas recibió en su historia, por encima de los equipos de Maradona y Messi.
Acá llega el último newsletter de 2024. Es un texto más un podcast. Vamos a tomarnos una pausa hasta el jueves 16 de enero.
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Argentina 78: el documental, el fútbol de Menotti y cómo desarmar los lugares comunes de una época
El enfoque principal de la charla, aunque no el único, estuvo puesto en el estilo del seleccionado de Menotti, el método de scouting de la época, la reconstrucción de los datos para hacer un análisis con las herramientas de la actualidad y tratar de desarmar, como dijo Bauso, los lugares comúnes. Este texto reunirá algunos de los aspectos que conversamos en el podcast. El resto podrán verlo y oírlo por las suyas al final de este texto.
Una de las inquietudes iniciales estaba en tratar de entender cómo un hecho tan político, tan ligado a la historia argentina cuando la democracia se suprimió y la via humana valía poco y nada, pudo también dejar un análisis futbolístico tan nítido. Primeras ideas de Matías Bauso, autor del libro y una de las voces fuertes del documental:
“Hubo diferentes etapas en la relación de los jugadores con el reconocimiento de su logro. En un principio, ellos estaban muy dolidos porque sentían que su gesta deportiva, su gesta profesional, no habían sido valoradas. Habían alcanzado lo máximo, pero sentían que no estaban siendo reconocidos porque se mezclaba con la política”-
“Cuando se los entrevistaba, por ejemplo, al preguntarles sobre el inicio del torneo perdiendo contra Hungría, enseguida respondían: “No, mira, nosotros no tenemos nada que ver con los militares”. Yo les decía: “No, no, a ver, yo ya lo sé, no me interesa. Yo quiero saber cómo fue la concentración de cinco meses” Bueno, les costaba hasta entrar en confianza.
“Con el tiempo, esto comenzó a cambiar. Por un lado, las generaciones crecieron, desarrollaron mayor empatía e incluso compasión hacia los jugadores. Incluso algunos ya murieron. Todo eso reforzó su legado. Pero el punto de inflexión definitivo fue el título de Qatar. Al ser la tercera estrella, completó como una especie de linaje: ya no era solo la primera del '78 o la segunda del '86, sino un conjunto de tres conquistas con valor propio y en conjunto.
“El contexto histórico también influyó. El “aire de época” cambió, así como la manera en que se interpretan los eventos y se valora a sus protagonistas. Todo esto permitió que hoy estos jugadores sean mucho más reconocidos que hace 10 o 15 años”.
Sobre el menottismo y la superstición del bigote de Kempes
Menotti habla en el documental sobre el efecto del bigote que usaba Mario Kempes durante la primera ronda del Mundial. El look de Kempes tuvo una refrescada para la segunda fase, y a partir de ese bigote afeitado, se justifica risueñamente la posterior lluvia de goles. Un nivel de superstición fácil de desbloquear en el universo bilardista, pero supuestamente ajeno en el cuadrante de Menotti.
Las cosas suelen ser recordadas de manera antojadiza y luego el tiempo las ubica en otro lugar. Como por ejemplo, la idea de qué Menotti era vago, no trabajaba y en cambio Bilardo era todo lo contrario. O que en la cosmogonía de la mesa de café del menottismo, una cábala, era un elemento intrusivo para que hicieran de las suyas los ángeles de la inspiración. Todas pavadas que el fútbol dibuja en el hielo y luego quedan talladas en piedra.
“Menotti no paraba de hablar de intensidad y de trabajo. Sabía que tenía que igualar con entrenamiento y preparación física lo que significaba jugar contra los europeos en aquellos tiempos”, dice Bauso. Mi respuesta a eso en la charla fue que Menotti lo que hizo fue inventar un método de análisis de los jugadores, captación del talento y preparación de los futbolistas. Especialmente una preparación atlética, que era toda una obsesión para Menotti en esos tiempos.
No apto para la generación de cristal de nuestros días: la Selección de Menotti jugó contra tres europeos en la primera fase (Hungría, Francia e Italia), otro europeo (Polonia) en la siguiente ronda y luego Brasil, para finalmente llegar al gran cuco del momento en la final: Holanda. Cinco europeos en 7 partidos. Era un fútbol de participación cerrada, más de elite, con poco margen para las sorpresas. Pero una seguidilla nada fácil para un país organizador.
Menotti y Bilardo fueron alguna vez del mismo tronco del fútbol argentino. Por supuesto que luego no y que la pelea fue dura y feroz. Ya sin solución en vida. Pero también es cierto que los followers de los dogmas lo que hicieron fue alimentar sus propios fandoms, en lugar de tener una mirada constructiva e integral sobre el fútbol.
Bauso en la charla del podcast revisa algunas de esas ideas:
“Es muy impresionante lo del bigote. Hay que pensar, para entender todo lo que se dijo con el tiempo, que en el equipo de espías del Mundial '78 Menotti tenía a Bilardo y a Zubeldía. Sin embargo, a último momento, tuvieron que volver a Colombia porque empezaba el campeonato colombiano. Bilardo estaba en Deportivo Cali y contrataron a Zubeldía en otro equipo, así que tuvieron que irse. Menotti sabía que esos tipos sabían ver fútbol y los quería tener en su equipo”.
“Mi teoría es que, después de convertirse en campeones del mundo y de la puja entre ellos dos, tanto Menotti como Bilardo extremaron posiciones. Terminaron convirtiéndose en caricaturas de sí mismos. Los equipos de Menotti se volvieron ultraofensivos, tirando la ley del offside todo el tiempo, mientras que los de Bilardo eran ultradefensivos, poniendo a 63 centrales y casi sin atacar.
“Esto es curioso, porque el equipo campeón del mundo (del 86) tenía a Borghi, Maradona, Tapia, Bochini y Trobbiani. Todos los cambios eran ofensivos: dos delanteros de punta y tres números diez. Es muy impresionante observar todo lo que vino después y qué piensan cada uno del otro”.
Sobre el scouting en el Mundial '78
En su planificación a finales de 1974 y hasta el momento de cerrar la convocatoria para el Mundial, Menotti había dividido toda la Argentina futbolística en polos de análisis del juego para detectar talentos en las diferentes provincias. Un scouting de tracción a sangre que tenía a sus responsables. Lo marca Bauso:
Menotti confiaba en sus maestros. Por ejemplo, Maschio dirigía en Jujuy y le comentaron: “Mirá que el pibe del canchero es un fenómeno”. Ese pibe era Valencia.
La selección del interior, que puede parecer algo folklórico, incluía jugadores de equipos no afiliados a la AFA, aquellos que jugaban solo el Nacional. De los 18 jugadores que citó en su primera convocatoria, cinco terminaron siendo campeones del mundo.
Ardiles jugaba en Instituto, Oviedo y Galván en Talleres, Villa en Atlético Tucumán, y Valencia era el 10 de Gimnasia de Jujuy (aún no estaba en Talleres). Después, Menotti logró que Amadeo Nuccitelli, presidente del club lo llevara a Talleres para que tuviera más competencia.
Es increíble pensar que algunos de esos jugadores de Talleres, campeones del mundo jugaron la final contra Holanda el 25 de junio y, apenas unos días después, estaban compitiendo en la liga cordobesa contra Unión San Vicente. Era otro mundo, otra época.
El scouting en ese entonces estaba a cargo de figuras como Maschio, Federico Sacchi y Duchini, viejos sabios que sabían identificar talento. En el juvenil del '79, por ejemplo, Menotti vio a Escudero y quedó sorprendido: “¿Y ese enano quién es?”, preguntó. Era un jugador de 1,59 metros al que no podían marcar. Los viejos sabios eran como los "Moneyball" de la época, siempre encontrando joyas”.
Cómo se paraba la Selección de Menotti
La arqueología de los datos elaborada por Matías Conde permite ver a un seleccionado que, en siete partidos, configuró cierta formación promedio. “Una de las cosas que dice Passarella en el documental -le comento a Bauso- es que cuando él trataba de dimensionar lo que significaba jugar un Mundial en la Argentina, la medida de su sueño era quitar una pelota en la mitad de la cancha. Y Passarella era segundo marcador central”.
Ahí vemos en la formación: el número 19 es Passarella. “Fue un equipo que se paraba muy arriba. Todo el equipo. Si no te dijeran de que jugaba Passarella, tranquilamente pensarías que era un volante ofensivo”, comenta Bauso. Todo el equipo estaba cerca de la zona de creación.
Las posiciones promedio son una fotografía. Imágen quieta que grita la intención de un equipo. En el caso de la Argentina de Menotti, prevalecía la idea de “equipo corto”, parado bien arriba, con jugadores que podían tener algunas posiciones muy particulares. La época del fútbol también pedía eso. Vuelve la mirada de Bauso
“Lo que Menotti les inculcó fue la intensidad competitiva, algo que no tenían antes. Valencia, por ejemplo, era un crack. Tenía ambos perfiles idénticos y eludía en velocidad. No se apreciaba eso en su momento, pero podía salir con eficacia para los dos lados. No hacía goles porque no le interesaba; lo suyo era dar asistencias.
“Sin embargo, Valencia jugó porque Menotti lo convenció de que tenía que cumplir funciones defensivas. Se paraba entre Passarella y Tarantini para marcar y correr. Houseman, aunque ya no estaba en su mejor momento, también corría desesperadamente para cumplir con esa tarea”. (Le comentamos a Bauso en el podcast que esto nos remitía a la función que Scaloni le dio a Julian Alvarez en varios partidos de Qatar 2022: colaborar defensivamente en el sector izquierdo).
“El Beto Alonso, en cambio, no podía hacer ese trabajo, y por eso Menotti no lo ponía. Valencia, con 21 años, era dócil, amaba a Menotti y podía cumplir ese rol. Al mismo tiempo, aportaba desequilibrio ofensivo.
“La necesidad de la intensidad fue algo notable y Menotti logró transmitirla al equipo”.
Otros datos reconstruídos de la época, nos muestran a un equipo que presionaba alto y recuperaba la pelota a partir de la intensidad que proponía en su juego: en los siete partidos, tuvo 41 recuperaciones altas y nueve de ellas terminaron en remates al arco.
Matías Conde rediseña a la Selección de Menotti a partir de los datos. La revisión de los partidos del Mundial 78, con estadísticas avanzadas que en aquel momento no existían, apuntan a una Argentina que evoluciona mucho desde el Mundial 74 al Mundial 78. Conde comenta esos indicadores:
Hay datos que directamente hablan de una mejora en la preparación física y en la profesionalización que le da Menotti al seleccionado: Argentina pasa de 47 por ciento de duelos ganados en 1974 a 55 por ciento en 1978. En duelos aéreos en ataque pasó del 16.7% en 1974 al 58.6% en 1978. El salto es grande.
Argentina fue primera en recuperaciones en todo el Mundial con 55 por partido. En recuperaciones de pelota en menos de seis segundos, pasó de 8.5 recuperaciones en 1974 a once en 1978. Argentina recibió un promedio de 30.6 faltas por partido. En la final Holanda hizo 46 faltas. Es la Selección Argentina que más infracciones recibió en todos los Mundiales.
Argentina dominaba esencialmente en los costados (ver gráfico abajo). Ardiles, Valencia y Ortiz fueron los jugadores que más tenían la pelota.
A Fillol le patearon 39 veces y atajó 35. Kempes tuvo 19 remates en la primera fase y sin anotar. Fue goleador del Mundial con seis goles en cuatro partidos y con 22 remates.
Hay finalmente otra métrica que se usa para analizar la presión, se llama PPDA, son los pases que se permiten por cada acción defensiva propia. Resumiendo rápidamente: mientras más baja, más presiona el equipo. En el 74 era 9.4 y en el 78 pasa a ser 7.4. Es decir, esa Argentina le permitía dos pases menos al rival, que es uno de los registros más bajos de todos los equipos de esa copa.

Tras el repaso de aquel fútbol con los datos actuales, volvemos al documental. Una de las premisas que manejó Matías Bauso en toda la conversación estuvo basada en la capacidad de escucha. Aún cuando hubieran testimonios que no gustaran o con los que no se coincidiera, ser capaz de escuchar lo que dice el otro.
Desarmar lugares comunes fue otro de los objetivos. Los lugares comunes inundan al fútbol y todo lo que lo rodea. Ofrecen explicaciones sencillas a temas complejos, pero con la sencillez que da la pereza y no la simpleza del argumento. En ese sentido, en el documental, y en el podcast, Bauso es concluyente. ¿Qué lugares comunes había con respecto al Mundial 78? De sus palabras, sale este listado:
Los militares utilizaron el Mundial con la intención de ocultar los crímenes de la dictadura. Sin embargo, ocurrió lo contrario: el Mundial puso el foco internacional en Argentina, y se visibilizaron las violaciones a los derechos humanos. A través de los grupos de boicot, el tema llegó a las tapas de todos los diarios de Europa. Los crímenes de la dictadura, que eran clandestinos y estaban ocultos, comenzaron a ser conocidos en todo el mundo.
Cruyff, Carrascosa y Breitner no jugaron el Mundial por cuestiones políticas. Eso fue falso. Un jugador holandés justificó su participación diciendo: “Si Hitler me entrega la copa, la agarro porque salí campeón del mundo”. Lo dijo a pesar de que tuvo familiares que habían sido asesinados en un campo de concentración.
No se podía criticar a Menotti: falso. Hubo intentos de acallar esas críticas, pero a pesar del poder de los militares y el clima de agobio que reinaba, eso no sucedió.
El Mundial se vio en TV en colores: falso. Las transmisiones de TV fueron para el exterior y recién en 1980 la televisión en colores comenzó a expandirse.
El equipo era muy "menottista": falso. Ese concepto todavía no existía. Menottismo y Bilardismo casi que nacen juntos y varios años más tarde.
Matías Bauso dice que con el tiempo, los conocimientos sobre el Mundial se fueron fosilizando y se han generado mitos y falsificaciones. A pesar de ser un evento increíblemente popular, la conversación pública fue distorsionado ciertos hechos. Estas distorsiones no siempre tienen una intención maliciosa; a menudo son producto del relato colectivo. Como la dictadura se apropió de la narrativa del Mundial, eso polarizó las interpretaciones, reduciéndolas a un juego de blanco o negro, sin espacio para matices.
“Si bien no puede haber matices en los crímenes de lesa humanidad, la experiencia social del Mundial fue distinta. Durante los más de siete años de dictadura (más de 3.000 días), los 25 días de junio del Mundial fueron excepcionales. Es importante entender que esos días provocaron un sentimiento diferente en la sociedad argentina”, dice Matías Bauso.
Todo lo demás, está en el propio documental. Todo lo que no se dijo en este texto, está en el podcast a continuación. En 2025 volveremos con más episodios.
Tips de salida
🎬 Más Mundial: Copa 90 presenta un documental celebratorio de los dos años del Campeonato Mundial de Qatar ganado por la Argentina. Once in a Lifetime: Argentina es una serie dividida en cuatro partes y que confirma nuevamente el estilo y la estética singular de Copa 90 dentro del fútbol: cómo sumergirse y mezclarse con los personajes cotidianos que hacen a la cultura del fútbol. Los cuatro capítulos están en YouTube.
🧐 Juan Iraola está siempre al día con cada detalle y conocimiento de la intersección de la tecnología con el deporte. Lo demuestra con este posteo surgido de Sportico en el que se describe la evolución de las aceleradoras tecnológicas en el deporte. Vale la pena revisarlo.
🔮 Sobre qué se hablará en 2025. Hay un nuevo concepto que manejan las grandes compañías tecnológicas, detectado por Amy Webb: la inteligencia viviente. Una nueva rama de la inteligencia artificial que surge de la convergencia de tres tecnologías disruptivas:
Inteligencia artificial (IA): Esta tecnología es la más visible de las tres y está avanzando a mayor ritmo y de manera más visible.
Sensores avanzados: Aunque menos visibles que la IA, los sensores avanzados también están progresando aunque más silenciosamente.
Biotecnología: La biotecnología, junto con la IA y los sensores avanzados, sustenta la nueva realidad de la "inteligencia viviente". (Nota mía: acá es donde la industria deportiva, especialmente las competencias, el juego, los partidos, pueden encontrar su límite. No así las experiencias de consumo con respecto a las competiciones)
Esta combinación crearía sistemas que pueden sentir, aprender, adaptarse y evolucionar. La "inteligencia viviente", según las investigaciones de Amy Webb, impulsará un ciclo exponencial de innovación, disrupción de industrias y la creación de mercados completamente nuevos.
🎨 Mientras tanto, la IA Generativa ya está incorporada como una herramienta de fan engagement. Antes de perder con el Manchester United, el City presentó junto a Puma esta colaboración (colaboración: sin dudas, el término número 1 en el ranking de marketing deportivo de 2024) para que cada fan pueda diseñar un modelo de camiseta del club. En otra acción más indirecta, Google Argentina implementó esta campaña de diseño de camiseta personalizado para celebrar los dos años de Qatar 2022.
🙄 Pequeño grano de arena sobre el asunto A22 y la Superliga que ya no se llama así, cambió su formato de competición dos veces y todo eso todavía sin existir. Liga Unify es un intento de fatigar más el calendario futbolístico global -es Europa, pero impacta en el planeta-, para imponer una nueva plataforma de streaming de consumo free y freemium. No es el juego, es la plataforma. Un Caballo de Troya moderno. Si el fútbol permite un modo de distribución semejante (Ej: DAZN con el Mundial de Clubes 2025), ya el mercado lo convalidará. El asunto, sin embargo, instala una pregunta incómoda: ¿el aficionado está pagando un precio justo por lo que ve?
Datazo
Los Juegos Olímpicos París 2024 fueron el contenido deportivo más consumido en YouTube este año. De hecho estuvieron en el top ten de los eventos que fueron tendencia en la plataforma en todos los mercados internacionales. Los números más relevantes estuvieron en Brasil (1.000 millones de visualizaciones), Francia (490 millones) y México (360 millones). Los datos surgen del reporte global de YouTube en 2024.
Nos encontramos a mediados de enero 2025.
Felices fiestas! 🎄
mg.