🍿Apple y Brad Pitt aceleran en las curvas y llevan el espíritu de la F1 a todos los públicos
El film complementa el arco narrativo creado desde Drive to Survive. Ficción realista, múltiples conexiones históricas, tecnología y big data para poner a la F1 de cara a nuevas audiencias.
F1 es una película que puede ser vista como un evento único y funciona. Pero todas sus huellas creativas y comerciales la conectan inevitablemente con las estrategias de expansión y partnerships que Liberty Media despliega desde hace ocho años para subir su techo de audiencias, ingresos y engagement. Drive to Survive como contenido emblema junto a Netflix, que inventó un público para la F1 que antes no estaba. En ese sentido, Brad Pitt, Apple, Warner Bros y Lewis Hamilton y Toto Wolff como productores asociados, no se comen ninguna curva y se suben al podio al final de esta carrera mediática.
No hay deporte profesional hoy que consiga enhebrar su actividad oficial con esta clase de contenidos adicionales, que sirvan como una granja de cultivo de nuevos fanáticos.
F1, la película, tiene una historia y muchos significados en su interior. Antes de su estreno se garantizó un impacto con ciertos datos que funcionaron como anzuelo. Por empezar, 40 millones de ingresos por patrocinios de marcas comerciales que en la película sostienen a una escudería que no existe. APXGP es el equipo en cuestión que está por irse a la “B” y que le compite mano a mano a Red Bull, McLaren y Ferrari.
Viendo el traqueteo de los Alpine en la F1 de 2025, especialmente luego de Silverstone, un caso inventado como el del equipo APXGP, termina siendo creíble.
El complemento de la trama lo trae la tecnología implementada por Apple para la experiencia inmersiva de la película: estamos verdaderamente ante un modo nuevo de capturar imágenes y vivir sensaciones en una sala. Si Cosm lograra transformar esto en un nuevo contenido, estaríamos ante algo colosal.
Esta película ya la ví…
Vaquero experimentado, solitario, perdedor y al que el pasado vuelve a darle una oportunidad para saldar cuentas. Ese es el perfil de Sonny Hayes, un ex piloto que en la década del 90 era la gran promesa de la F1 y al que el destino le preparó otro plan. La escudería APXGP y un viejo piloto por el que nadie apostaría, podrían ayudarse para salir del pozo particular en el que están.
Un pacto así sería improbable en la realidad, dadas las exigencias de la F1. Ese es el semáforo de largada para que entendamos que estamos en una novela. Un infomercial de cuidada producción, simple, de enorme acción y de consumo apto para todos los públicos. Cada generación encontrará algo y los más chicos tal vez se vuelvan nuevos fanáticos.
Ese es Brad Pitt y esa es la película. La vimos decenas de veces. Pero en tiempos donde unos republican tuits de otros, o se roban ideas “geniales” de Linkedin para presentarlas como propias, una historia ya vista, si está bien contada, no tiene por qué molestar.
F1 es prima hermana de las decenas de películas sobre automovilismo que desde la década del 60, Hollywood y los estudios italianos y franceses nos han traído a las salas. Films que estaban meses y años en cartel. Como estreno o como reposición. Para matinés infantiles, vacaciones de invierno o salidas nocturnas. Fue el caso de Le Mans (1971). F1 me recuerda a Le Mans más que a otras: Brad Pitt y Steve McQueen parecen conectados por un concepto artístico y estético.


F1 tiene destino inicial de salas cinematografícas y después derecho a la plataforma de AppleTV+, antes que el asunto se enfríe demasiado. Según datos de Variety, la película generó 55.6 millones de dólares en su primer fin de semana en Estados Unidos (3.661 teatros) y 88.4 millones de dólares en el extranjero (alrededor de 32.400 salas). Sobre eso hay que marcar que en pantallas IMAX (dónde se experimenta mejor todo el potencial visual y sonoro) recaudó 28 millones, 19 por ciento del total global de recaudación que fue 146.3 millones de dólares. El costo de producción, distribución y marketing fue de 350 millones de dólares.
¿Es el auto, es el piloto ó es el big data?
Si Drive to Survive se apoyó en recursos de la ficción para narrar historias reales de los pilotos, F1 —la película— crea una trama que se inserta de forma orgánica en las carreras de cada domingo, con pilotos, equipos y escenas de backstage que resultan completamente verosímiles. Varios corredores tienen cameos de manera destacada. Los autos utilizados fueron construídos por Mercedes Benz y tuneados para la película.
Las secuencias de alta velocidad son impactantes. Las primeras escenas del film y el desenlace de la historia en la pista, valen todo el precio de la entrada. Pero lo más interesante es cómo la película muestra los entretelones de la categoría.
Pone además un foco analítico en el atributo que tiene la F1 bajo la gestión de Liberty Media: el ruido del fan engagement en redes sociales. ¿Es realmente tan importante?
Sin spoilers, me gustaría marcas algunos momentos para prestarle atención a esta ficción basada en cómo son realmente las carreras de F1.
Oficinas de las escuderías y laboratorios en los que se trabaja los paquetes de mejoras y diseño de los automóviles. Entrenamientos físicos y de reacción de los pilotos. con tecnología de última generación.
Modelados de las carreras con el uso de big data para trazar las estrategias de los pilotos.
Organización de las reuniones de equipos para discutir las tomas de decisiones.
Jerarquías entre pilotos y como se especula para los trades de cada temporada.
El juego de tensiones y alianzas entre pilotos de un mismo equipo. La relación entre el experimentado y el rookie, un clásico del cine deportivo.
Liderazgo dentro de los equipos. Cómo se construye el vínculo con los mecánicos. Situaciones de desconfianza y cómo se pone a prueba la capacidad de cada uno para resolver situaciones en menos de 3 segundos.
Cómo las escuderías de menor presupuesto trazan sus estrategias para tener y aprovechar pequeñas ventanas de éxito.
Pedagogía de la narración: las carreras son contadas en el film para que novatos y expertos se sientan incluidos por igual. Se va de las banderas rojas, azules, amarillas y el safety car a tramas más complejas de planes de carrera.
Modelos de negocios estructurados por F1 en su juego de los inversores. Riesgos asociados al resultado deportivo. Sutilezas en las que se demuestra las diferencias entre ser un inversor (ama el deporte) y ser un financista (se vale del deporte).
La fortaleza de la película, desde una mirada exclusivamente deportiva, es que en varios pasajes rompe con lo correcto y permite compararse con la vieja Fórmula 1. Cuestiona el predominio de la tecnología y las decisiones basadas en datos, para demostrar que el factor humano y la intuición de un piloto pueden ser la vía adecuada para el éxito. ¿Es así la F1 o es lo que precisa la historia? No importa tanto porque la historia funciona.
Pone además un foco analítico en el atributo que tiene la F1 bajo la gestión de Liberty Media: el ruido del fan engagement en redes sociales. ¿Es realmente tan importante? El film también revive nombres indispensables de la categoría de los últimos 30 años y nos recuerda que en otros tiempos los autos de F1 volaban por los aires y se prendían fuego. Se sacude cierta asepsia clínica que domina hoy la categoría y rinde homenaje a una era más rústica, impredecible y salvaje.
La apuesta tecnológica de Apple
En el sector tech se puntualiza hace meses que Apple viene algo rezagada en la batalla de la inteligencia artificial. Si no fuera porque su capitalización de mercado supera los 3.2 billones de dólares, y porque realmente existe, en la carrera de la IA generativa Apple sería una especie de APXGP. Pero nadie se lo cree realmente.
Cómo compañía de vanguardia, Apple hace dos movimientos con la producción de este film. Por un lado busca consolidar un vertical de negocios en la industria del entretenimiento que, además, la lleva a romper un paradigma. Apple ya no resuelve todo dentro de su propio ecosistema: acá estableció una alianza con Warner Bros.
El otro punto alto es la tecnología aplicada para filmar F1. La película que vemos es lo que es porque existe el iPhone. Los recursos técnológicos para rodarla se pueden apreciar en el siguiente detalle. Algunas explicaciones son muy técnicas, pero tienen un sentido:
Según publicó Wired, las cámaras utilizadas superaron limitaciones de golpes, vibraciones y calor, superando los estándares de la industria automotriz. Esto fue clave ya que los autos de Fórmula 1 tienen restricciones estrictas de peso y espacio y la cámara necesitaba ser lo suficientemente compacta para no afectar el rendimiento.
Las cámaras fueron reducidas a un cuarto del tamaño de las utilizadas en la película "Top Gun: Maverick" (mismo director), lo que permitió instalar hasta cuatro cámaras en los autos simultáneamente, con un impacto mínimo en el peso.
Se utilizó el sensor de 48 megapíxeles de la cámara principal del iPhone 15 Pro, conocido por su alta resolución y capacidad para capturar detalles en condiciones de baja luz. Este sensor fue clave para obtener imágenes de alta calidad en entornos de alta velocidad.
Las cámaras fueron implementadas en eventos reales durante las temporadas 2023 y 2024 como Silverstone, Budapest, Las Vegas y Miami. Esto no solo comprueba y valida su resistencia, sino que también permitió capturar imágenes auténticas desde la perspectiva del conductor, para potenciar cualquier noción previa de inmersión cinematográfica en esta clase de films.
Un chip serie A17 Pro que potencia el iPhone 15 Pro. Ofrece un rendimiento superior para procesar video en tiempo real que fue esencial para las secuencias de acción.
Se utilizó una batería de iPhone para alimentar el sistema, una fuente de energía compacta y eficiente, adecuada para las limitaciones de espacio en los autos de carrera.
Filtro de densidad neutra para reducir la cantidad de luz que entra en la lente, lo que permitió ajustes precisos de exposición en condiciones de luz variable, como las pistas al aire libre.
El sistema operativo iOS fue adaptado con un firmware personalizado para controlar la cámara. Eso permitió una integración fluida con otros componentes y un manejo especializado para las necesidades cinematográficas.
La cámara grabó en el códec ProRes sin pérdidas de Apple, capturado en formato log, lo que ofrece máxima flexibilidad en el posprocesamiento. Además, se soportó el sistema Academy Color Encoding System (ACES). (Estos detalles demasiado técnicos son importantes porque introdujeron un nuevo estándar de la industria cinematográfica para workflows de color, incorporados en el iPhone 15 Pro en 2023).
Una aplicación personalizada para iPad, conectada vía USB-C, permitió a los realizadores hacer ajustes en tiempo real. Esto incluía parámetros como velocidad de fotogramas, ganancia de exposición, ángulo de obturador y balance de blancos, facilitando la captura en condiciones dinámicas.
La tecnología de Apple también fue innovadora para la creación de nuevas experiencias en trailers de películas y series.
Tim Cook destacó que la misma tecnología de cámara está "integrada en el último modelo de iPhone", según publicó Variety. Las declaraciones sostienen una estrategia de marketing evidente: vincular el éxito de la película con las capacidades del dispositivo. Algo así como mirar la hora en un Rolex igual al de Roger Federer para ganar ocho veces Wimbledon.
Película lineal, con contadas vueltas de tuerca (chiste inevitable: salvo las decenas de veces que entran a boxes) y pequeños instantes reservados para la poesía del cine como arte, F1 coquetea con las situaciones, dilemas y hasta claroscuros de la categoría y sus negocios. Puede quedar el deseo de una mayor profundización para aquellos que son muy fanáticos de la F1, pero entrar de visita a ese mundo es fascinante.
Se permite también, sin pedir permiso y con toda autoridad, adueñarse del concepto de la velocidad, el coraje y la locura que tienen las carreras de autos; rendirle tributo a otras competiciones como Indy Car, Daytona y cualquier otra prueba en la que un par de locos construyan un auto y puedan pagarle a un piloto para que lo corra.
Quizás su espíritu sea superior a la película. Pero no pueden dejar de verla.🏎️💨
Calificación: 🏁🏁🏁🏁🏁🏁🏁 sobre 10
Recordatorio: F1 hay que verla en el cine!
Gracias por leer!
Hasta la próxima,
mg.